jueves, 24 de julio de 2014

Julio, mes de fuego






Julio, mes de fuego

     Lleva el mes de Julio el nombre de Julio César, quien le dio los 31 días en el calendario romano al mes en que había nacido. Es un mes de vacaciones, de sanfermines y de revoluciones. Sus días acogen el asalto a la Bastilla, el alzamiento del General Franco, la revolución sandinista, las independencias de los Estados Unidos, de Venezuela, de Colombia, de Argentina, de Chile, de Perú, de Cuba. Es el fuego de Julio.

      El fuego de Guadalajara
         
     Pero un fuego más cercano, más íntimo, nos ha abatido este julio enardecido, por incendiar las tierras guadalajareñas y largas donde limitan las nuestras, breves. Una raya administrativa dicen que nos separa, pero nuestra campiña va a la suya, mientras nos viene media población de la provincia de Guadalajara y habita entre nosotros. Son rayas que no se ven y su fuego nos ha llegado junto a su dolor y su espanto.

     Dos incendios: el de la zona de Cogolludo y el del municipio de Bustares. El primero se reactivó cuando ya se creía apagado. El segundo arrasó gran parte de la Sierra Norte de Guadalajara. El pavor se adueñó de los pueblos de Gascueña, Prádena de Atienza, Fraguas, Monasterio, a donde la gente samaritana acudió a evacuar a sus habitantes. Los agricultores, que miraban al monte incandescente, trazaban con el tractor con vertedera unos livianos cortafuegos por ver de detener al monstruo. Los aviones anfibios quitaban de la cabecera del Sorbe y de nuestros grifos, no importa, el agua que se tragaba la imponente montaña de humo que se divisaba a treinta kilómetros a la redonda. Brigadas de retenes solidarios sin regatear esfuerzo abordaban el bosque restallante. El fuego consumía los enebros y sabinas, los robles, las encinas, la jara y la retama.

     Julio, precisamente, se llama el alcalde de Bustares, quien volvía consternado de presenciar el horror de los pinares de la barranca del ‘Alto Rey’, la montaña sagrada de 1.484 metros de altura, coronada por la ermita ancestral, a donde llegaron a tiempo los retenes. Julio revivía este fuego con el maldito recuerdo de haber perdido un hijo en el retén de Cogolludo que fue a sofocar aquel fatídico fuego del Condado, ahora hace nueve años.

     Guadalajara, antigua hermana nuestra en Castilla la Nueva, es ese paraíso hermano por donde se pasea, insolente e inmisericorde, el dios Fuego, y cuya ira vecina  repercute sobre todos nosotros.

NACHO IZQUIERDO | EFE
     

Las palabras incendiarias rescatadas por Ripoll 

     Gracias a la intervención del concejal de ‘España 2000’, Rafael Ripoll, en el último Pleno Ordinario, hemos podido conocer la letra completa, los coreos y consignas de la manifestación del Día del orgullo ‘gay’ que el 28 de junio transcurrió desde la Puerta de Mártires a la Plaza de los Santos Niños en su nomenclatura oficial. Esa letra incendiaria contra instituciones y personas convenía conocerla para saber el ideario adjunto de los concejales que la apoyaron, y permitieron que la bicha, conducida por ellos, profanara la espina dorsal de la que es modelo de ‘Civitas Dei’ y ciudad santa. Tan hiriente y procaz sarcasmo invierte los primeros términos de comprensión y tolerancia aquí expuestos a favor del colectivo convocante. La exposición del Sr. Ripoll en el Pleno resultó incontestable, y un silencio cobarde siguió a su irrefutable exposición.    
  
      Sólo un concejalito le contestó en segundo turno, para así abortar su réplica, con el argumento de la democracia. Aquella manifestación fue democrática. Pero la democracia no ampara la responsabilidad, amigo, sino que la magnifica. ¿Dónde está la responsabilidad de los concejales cómplices del escarnio y de las graves ofensas proferidas? El concejal Ripoll les daba una oportunidad para matizar su presencia. Pero fue despreciada. La ética y la dignidad son principios insobornables, no admiten el voto. Se tienen o no se tienen. Si los resultados son imprevisibles, hay que apechar con ellos en su desenlace. ¡Cuántos crímenes se cometen en nombre de la democracia y de la libertad! Hay concejalitos que, envueltos en la capa polivalente de la democracia, pretenden así tapar todas sus vergüenzas. Creen que la democracia es un chicle que se estira y se encoge a su capricho. Vale ya, tíos.

     El misil contra el avión malasio
     
Horrible, alucinante, llovían cuerpos humanos del cielo. Mariano Rajoy pronunció con rotundidad estas palabras: “El mundo tiene derecho a saber quién es el autor de esta salvajada.” Sus palabras eran firmes. Pero era la frase cabal que las víctimas del 11-M –gran parte de ellas– estaban esperando oír de su boca, de la boca de un presidente del Gobierno. Y la han oído ahora, pero no era para ellos, a quienes también les llega el aguijón de la salvajada. No era para ellos, que están más cerca y llevan clavado su propio aguijón desde hace diez años y cuatro meses.

 "El Gobierno quiere transmitir y ya lo ha hecho a través de sus gobiernos amigos, su solidaridad, su afecto y su cariño y quiere estar al lado de los familiares y de todas las personas allegadas a las víctimas de este gravísimo suceso", ha destacado en rueda de prensa el presidente.

     Y los del 11-M también hubieran querido esas palabras para ellos. A eso se llama querer apagar un fuego y provocar otro.

José César Álvarez
Puerta de Madrid, 26.7.2014

                                            

viernes, 18 de julio de 2014

Crónica del gesto




Crónica del gesto
    
      Recuerdo un antiguo artículo de Unamuno, donde reflexionaba sobre el desprecio que el español hacía de la ciencia en contra de la sublimación que prestaba a la otra vida. Ello se ponía de manifiesto cuando a un ser querido le daba un patatús. Los españolitos corrían primero a la casa del cura, después a la del médico. Primero buscaban las llaves del cielo, después las llaves de cómo seguir aquí. Ahora que el obispo Reig-Pla ha ordenado a tres sacerdotes en la Catedral y que en el patio de Santo Tomás de Villanueva, el vicerrector Saz ha entregado sus diplomas a 134 nuevos médicos, las llaves del cielo se nos quedan más distantes. Alguien se ha encargado de ir escondiéndolas.
    

      Pero hoy sólo voy de gestos. Me llegó en su día la imagen de los nuevos presbíteros, tendidos en el suelo, concentrados, orantes, sumidos en una trascendente y humilde compostura de conmoción existencial. Y me llegó la foto intrascendente, trivial, imperfecta, conglomerante, con unas chiquitas sentadas en primera fila con cruce de piernas y el diploma en su regazo. Y la que se fue a no se sabe dónde, dejó el sitio ocupado con su diploma, una cartulina que empieza ya a valer. Alumnos que llevan beca y que no, una que mira el teléfono y otra que se toca el pendiente. Estas niñas que lo son en mayoría y que no tienen disciplina para hacerse una foto final de carrera, te servirán a rajatabla, en inflexibles periodos, las más efectivas píldoras para durar aquí mucho.



      
     Contador se bambolea sobre la bici, delante de Nivali,  principal contrincante en el Tour de Francia. Al madrileño le escuecen los dos minutos y medio largos que le ha cogido en los primeros compases de la prueba. Se bambolea de pie sobre los pedales y se vuelve para  mirar la distancia y la cara de su adversario. El italiano aguanta mal la embestida sentado, tenso, paciente, inexpresivo, como ausente, aunque la procesión vaya por dentro. Pero las esperanzas se rompieron cuando Contador se rompió. El llanto amargo fue su gesto último.
     
      En la calle del Tinte un hombre de voz gruesa me alarga la mano diciendo: “Señor, ayúdeme”. Es un hombre que pide limosna en imperativo y da el título que quiere para sí, mientras mantiene la cabeza erguida, sin doblegar su orgullo. Es un caballero español de cuya hidalguía no dimite ni en las adversidades.       
     


      
      Soraya Rodríguez, la socialista del Congreso a la que se le fue Rubalcaba, remacha su discurso con las manos, con los hombros, con la cabeza, con la cabellera. Es un basilisco que bufa contra ese dragón fascista del PP, con cuya mayoría matemática se estrella, esa mayoría que debieron darle los demonios del Averno. Se retuerce la basilisco socialista sobre la tribuna con los ojos desorbitados como si en su corral nunca hubiera habido Decretos Ómnibus. Y van sus demonios y con cara de ángel se echan atrás, pese a la urgencia de las medidas. Hubo quien dijo, tendiendo la mano como bandeja, que lo que hay que hacer es gobernar, sobre todo cuando se puede. Lo demás, dijo blandiendo la mano como una espada, recuerda a los bizantinos, que hablaban del sexo de los ángeles mientras tenían a los turcos a las puertas. Los gestos eran igual de rotundos: unos decían a golpe de dedo, que se había asaltado el ejercicio parlamentario, y otros, con dos dedos en aro, precisaban que lo que se había asaltado era la recuperación de los españoles.    
    
      La mujer de la Avenida de Alonso Martínez, sábado, a eso de las diez de la mañana, se desvió un tanto de su paso de cebra, siguiendo a una bolsa de plástico que patinaba en el asfalto mecida por el viento, la siguió, la siguió y la atrapó para echarla en la papelera. Fue un gesto.
     
      El sábado los brasileños volvieron a llorar y a romper, aunque menos. No soportaron ser cuartos en la casa de su fútbol. Su llanto es un gesto y una cura de su histeria. La histeria tiene un gesto rasgado y prepotente.
     
      La chica de la misa de doce de Santa María se volvió hacia él, le tendió la mano y le dijo: “Que la paz sea contigo”.
  
    

       El domingo por la noche los futbolistas alemanes se abrazaban en la tele por conquistar el mundo. Los alemanes iban de blanco como los protagonistas de Ferraz. Uno confundía en el ‘zaping’ a los alemanes con los de Ferraz. Rubalcaba, el camisa blanca que se iba, dijo que a Pedro le iba a apoyar el cien por cien de la militancia. Una larga campaña entre tres, que confluía allí mismo, tiene que dejar heridas. A no ser que sean serafines. Quizás por eso fueran de blanco. Sólo había que ver la cara de Edu para enterarse. La cara del bilbaíno Madina, el perdedor a la Secretaría General, era de profundo abatimiento. En cierta imagen hubo un atisbo de sonrisa forzada, acartonada, era la sonrisa etrusca de Edu. Ha perdido la vieja guardia de Rubalcaba: el PSOE es posible. Ya no vale con decir lo contrario que dice el Gobierno y descolgarse ante los nacionalismos y los antisistemas. Ya no vale jugar a lo que salga. Son capaces de tener criterio. Los  afiliados gritaban: “Pedro, Pedro, Pedro” y Pedro levantaba el brazo con el dedo pulgar erguido. Un dedo así hace daño.   
  
José César Álvarez
Semanario Puerta de Madrid, 19.7.2014

viernes, 11 de julio de 2014

Complutum




Complutum
      
     Una vez más he podido comprobar la pasmosa y solemne ignorancia de un alumno de ‘la Complutense’ sobre el origen del nombre de su universidad, la primera de España en número de alumnos, en la ambición histórica de su propio proyecto y primera también en sus arbitrariedades políticas, cuya revulsiva canalla revienta el ejercicio de la palabra a quien no le gusta. La ‘universidad’, así, ha perdido con su vocerío la voz ‘universal’ que le corresponde por principio. Y lo que es más grave: todo ello transcurre en un impune silencio de una jerarquía  entre condescendiente y aleccionadora.
       
     Esta Universidad, donde alguna de sus capillas fue profanada con prácticas lésbicas, es la titularmente creada por el Cardenal Cisneros que le dio el nombre de ‘Universitas Complutensis’ –también Academia Complutensis–, la cual, en 1836, ‘fue derivada’ desde Alcalá al viejo caserón de la calle San Bernardo de Madrid, bajo la denominación de Universidad Central. El expolio de Alcalá fue dulcificado por Lafuente Ferrari como “la inocentada de Alcalá”. En tiempos más recientes, siendo rector el Dr. Botella Llusiá, la entonces Universidad de Madrid, hizo justicia a sus orígenes forzados para ser denominada Universidad Complutense.
      
     Si en los distintos momentos de aquellas profanaciones, el pueblo de Alcalá  hubiera pedido la devolución de su ‘complutense’ profanado, muchos entonces se hubieran enterado de la propiedad originaria del nombre, y que ‘complutense’ es sinónimo de ‘alcalaíno’. Son el gentilicio culto y vulgar, respectivamente. Pero no ha habido agallas para hacerlo ni, creo, las habrá cuando haya de haberlas. Hoy se lleva el ponerse de lado. Es, sin embargo, obrar en consecuencia la protesta por su profanación. La Universidad de Cisneros fue creada por Bula papal de Alejandro VI en 1499, y esa gracia concedida a Alcalá exige un respeto a su legado histórico. 
     Siempre he pensado que en la primera rotonda de entrada a Alcalá, tras pasar el Torote, unas rotundas letras exentas o rebajadas en piedra, entre olivos, dijeran en grafía romana: COMPLVTVM. Pero hube de conformarme, que no es poco, con la aprobación por unanimidad plenaria del nombre que di a la que es la primera arteria alcalaína: VIA COMPLUTENSE, lo que constituyó para mí un orgullo.
     No es Compluto una bandera al viento, sino un cuerpo tendido. Es Compluto una reconquista aventurada; el telón corrido de tu historia, desvelado palmo a palmo, golpe a golpe; la fisonomía soterrada de tus ancestros; el corrimiento emocionado de un sudario secular, formado por las sucesivas avenidas del valle. Es Compluto la recuperación de tu propio rostro, lejano, inimaginado, que va siendo limpiado del severo maquillaje del tiempo.  
 

  Casa de los Grifos den Complutum. Reconstrucción virtual.

  
     Para ese mimado rescate de ese Complutum que no cesa, la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura de la Comunidad de Madrid, según nos cuenta PUERTA DE MADRID en su último número, al no poder poner en marcha este verano sus habituales programas de fomento del empleo, ha ideado la fórmula sustitutoria de que los niños, junto a los adultos, puedan ser arqueólogos por un día, sin detener la extracción de un yacimiento que, principalmente en la Casa de los Grifos, catalogan como el más importante de la península ibérica en pintura mural. El otro yacimiento, el de los programas de talleres de formación y empleo han sido cerrados por causa de los tiempos de tribulación, y ha sido abierto el yacimiento educativo de los niños que se doblarán ante el suelo de sus respetos.  
        
 
   Mosaico de las Cuatro Estaciones
   en la Casa de Baco de Complutum


     Fue el emperador Vespasiano quien le concedió el título de municipio romano en el año 74 después de Cristo, a este municipio que en principio desarrollaron los complutenses que descendieron de la aridez vigilante del Cerro del Viso, para quedar arrullados por las aguas del ‘compluvium’ del Henares y del Camarmilla en su desembocadura.

    Alzado parcial de la Basílica. Complutum
                      

      En la conjunción de sus principales vías, Cardo Maximus y Decumano Máximus,  –de Norte a Sur y de Este a Oeste–, se levantaba el Foro, corazón administrativo y social. Ahí está la Basílica de su suelo de justicia sorprendido, las termas y el Mercado. Cerca del Foro está la Casa de los Grifos, como modelo de casa urbana. Y más allá está el suelo colegial de la Casa de Hippolytus.
    De las pocas cosas que se tienen seguras de Compluto es que a finales del siglo III se llevó a cabo una profunda rehabilitación de su Foro como renovación de toda la ciudad. Para celebrarlo hicieron una ofrenda, por la que colocaron en el conducto de agua subterráneo, frente a la Basílica, una fuente de cerámica y un excepcional vaso de vidrio que contenían unos líquidos votivos indescifrables.
      En el arrabal del Campo Laudable fueron enterrados Justo y Pástor junto a la leyenda de su piedra mártir, primera piedra de Alcalá de Henares. 


  José César Álvarez

Puerta de Madrid, 12.7.2014

sábado, 5 de julio de 2014

Cuatro desenlaces




Cuatro desenlaces
              
     La trama de cualquier historieta o narración se divide en tres secuencias: introducción, nudo y desenlace. Pues bien, quiero fijarme en cuatro distintos desenlaces de la penúltima  actualidad y ponerle un adjetivo. Por ejemplo, es curioso que la manifestación del ‘orgullo gay’ que el sábado pasado partió de ‘los cuatro caños’ tuviera como desenlace ‘los Santos Niños’. Es llamativo que el XV Simposio de la Asociación Internacional de Filósofas, celebrado en Alcalá, fuera clausurado por un hombre, Fernando Sabater. Es inusual que el Partido Popular despida a Rubalcaba, su látigo indomable, con un enaltecido reconocimiento de su personalidad política. Es natural el desenlace mortal de la ‘hija adoptiva de Alcalá’ Ana María Matute. Esta es mi introducción: cuatro desenlaces. 
     A la festiva caravana del ‘orgullo gay’ quisiera desearles, con todo respeto, que alcanzaran un día el desenlace de su equilibrio, la normalidad, la ‘ataraxia’, esa situación estable que no necesite de más exhibiciones callejeras, sobre todo cuando las aceras de su marcha están pobladas de comprensión y tolerancia. Pasaron por la Casa Natal de Cervantes. Hay exégetas de su texto, como Rosa Rossi, que dijeron que Cervantes podría, si pudiere, integrar dicha comitiva. Así escribía dos días antes de morir y así podría decirles al pasar delante de su casa:
     Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos, que yo me voy muriendo y queriendo veros presto, alegres, en la otra vida.
     Frase que precisamente escuché recitada el otro domingo en el TSC –En un lugar del Quijote–, una magnífica obra teatral de ‘Clásicos de Alcalá’ que abundaba en los paralelismos Quijote-Cervantes. Unos ‘Clásicos’ que parecen pasar desapercibidos, excepto para los que se chutan en vena su formidable caudal.
      
                                                     Miguel de Cervantes

      Y, sin embargo, la normalidad está asentada en el desenlace citado de las filósofas, donde no existe la tasa de género. Uno tiene que ser  partidario del feminismo filosófico, que hace autocrítica de los feminismos vulgares y que busca su identidad de género, por encima de la prosaica igualdad, llegando hasta la dimensión multicultural de las mujeres sometidas por la norma o la costumbre del lugar, apremiadas entre el ‘ser’ y el ‘deber ser’, entre el conocimiento y la acción. La Filosofía, para no ser inoperante, conecta con la Política Social y busca el modo de romper en la práctica la coraza que somete a la mujer en determinadas culturas y circunstancias. Y ha habido hasta una ponencia sobre la teología de la mujer, la que fue hecha d la costilla del hombre.
    

                                                          Adolfo Pérez Rubalcaba
     
En sus costillas, clavada, ha llevado el PP la fusta de Rubalcaba. Sus insidias contra el PP, su trayectoria conspirativa, donde rastreó como perro sabueso toda información contra sus enemigos, cuando al lado de Zapatero, fue vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior. El que movió las aguas sucias del 11-M hasta límites desconocidos, el intrigante, ha recibido, sin embargo, el aplauso unánime de la bancada del PP en el Congreso, ponderando al hombre de Estado que deja la política y que ha dignificado el parlamentarismo español (¡qué distinta de aquella tormentosa despedida de Aznar!). Su último gesto de gallardía en el momento de la abdicación del rey Juan Carlos, recordando su compromiso de la ‘transición’ a su veleidoso partido, al que supo explicar que la Monarquía era compatible con su ideología republicana, ha propiciado el incienso de los presidentes del Gobierno y del Congreso, cuyos humos reparadores han saturado de aroma los funerales de su muerte anunciada.
    
                                                       Ana María Matute    
     
     La muerte de verdad, la de la guadaña que a todos nos iguala, esa es la que ha venido a segar  la vida y obra de Ana María Matute, una catalana de 88 años que escribía en castellano, y que fue madrileña y riojana a la vez. Los medios de comunicación se han referido estos días al ‘Olvidado Rey Gudú’, y su obra predilecta le ha servido de sudario mediático. Pero yo quiero recordarla en otros momentos, por ejemplo, cuando en el Salón de Plenos de nuestro ayuntamiento recibió el título de ‘hija adoptiva de Alcalá’. Ella no llevaba cuartillas escritas para la ocasión e hilvanó a trancos voluntariosos algunas frases de agradecimiento sincero, para decir “que lo que aquí me ha pasado no me ha pasado nunca en ninguna parte”. Y, analizando su frase, tenemos que, sin presentar ningún texto, como le ocurrió en otros premios, aquí recibió de forma escalonada el ‘Premio Cervantes’, el ‘Premio Ciudad de Alcalá de Henares de las Artes y las Letras’, y el ‘Título de hijo adoptivo’. Tres premios, tres, donde Alcalá quiere bogar en los ríos que le llegan.
     La mañana del Premio Cervantes decía: “Si alguna vez cae una historia mía en sus manos, por favor, créansela”. La generosidad alcalaína, también.       

 José César Álvarez
Puerta de Madrid, 5.7.2014