martes, 24 de diciembre de 2013



Tres autores de tres letras del Himno Nacional: Ventura de la Vega, Jon Juaristi y Miguel Ángel Gómez Sedano. Entre la primera letra de Ventura de 1943 y la última del alcalaíno Sedano, de 2013, van 170 años de letras oficiosas. Es un hambre de letra que no ha sido saciada todavía por ningún gobernante.




Sobre el Himno Nacional
2) El hambre de letra

     España juntamente con San Marino carecen de letra oficial en su himno. A la España donde no se ponía el sol ni sus literatos, nadie le ha puesto esa letra cantada al viento. Hoy día, el déficit acumulado de letra oficial del Himno Nacional ha propiciado que los españolitos escribamos letras del himno por los rincones y que en las ocasiones incontenibles se tarareen sus compases en sonora anarquía, permitiendose así su profanación. Ninguno de nuestros gobernantes ha sabido todavía saciar la sed de letra de este pueblo. Lo intentó Aznar y no le dejaron.

     Hay quien dice, por otro lado, que la última versión musical del Himno, el que fue orquestado por Grau y es oficial desde 1997, es digno y marcial, queda muy bien sin letra y representa la solemnidad y austeridad escurialense, la ascética del alma española. Llegan a decir que la letra lo envilece, le hace falible y temporal. La música sola sobrevuela los tiempos, es universal. Esta última teoría me parece intelectual y minoritaria y como una solución a la incapacidad para el consenso. Limitarse a oír la música en actos especiales de aglomeración obliga a una pasividad del ánimo y tapona el desahogo efervescente. La ausencia de letra aborta el fin enardecedor de todo himno. Un himno sin letra es una contradicción, un espejismo.
 
     La primera letra de la entonces llamada Marcha Real, hoy Himno Nacional, se debe a Ventura de la Vega en 1843, pudo seguirle la versión carlista que conocemos, y después las cuatro recias versiones de monseñor Zacarías Vizcarra y la más floja de Eduardo Marquina de 1927. Le sigue la ya conocida de José María Pemán, de 1928, la más cantada, cuya primera estrofa ya publicamos aquí, levemente corregida durante la Guerra Civil. Llegamos así a nuestros días con el intento fallido del presidente Aznar, pese a la versión conjunta de autores de extracción plural como Jon Juaristi, Luis Alberto de Cuenca, Abelardo Linares y Ramiro Fonte, que eligen y matizan la del primero, la cual hoy remonta su dulce vuelo de alas cortadas. Viene después el Concurso fallido de letra promovido por el Comité Olímpico Español, a través de la SGAE, con la letra elegida de Paulino Cubero. Se conoce también una letra de Joaquín Sabina, escrita en 2007, presentada por ‘Ciudadans de Catalunya’ en noviembre de 2012. Y la más reciente, la del alcalaíno Ángel Gómez Sedano, grabada por un tenor lírico. Y hasta el mismo que suscribe compuso hace tiempo una letra, cuya experiencia nos sirve ahora para abordar el análisis y dificultad de la letra de nuestro Himno Nacional.

     Lo primero que tenemos que saber es a qué ponemos letra. Porque aquí es donde los autores se dispersan. Unos, los menos, han puesto letra a la música del himno íntegro, que consta de tres estrofas  con ‘bis’ de las dos partes de cada estrofa. Otros han elegido dos estrofas sin ‘bis’; otros, una sola estrofa con el ‘bis’ musical de sus dos partes; otros hacen ‘bis’ de letra y música de la segunda parte, etc. Analizo ahora tres letras de distinto formato:

1)    Versión de Juaristi.

     Son dos estrofas con el ‘bis’ de letra y música de las segundas partes. No sigue el modelo de la silva hallada por Pemán con versos finales en sílaba tónica y, al partir los largos endecasílabos de referencia, obtiene la gracia de la rima del verso corto con un ligero trastoque de notas-sílaba del original. Esa rima del verso corto es su genial aportación. El resultado es fascinante. La versión musical pierde la marcialidad a favor de la dulzura de un aire seductor, alcanzado por el encanto de sus distintas mujeres intérpretes. Resulta así un remedo ‘light’, aunque grato, de la solemnidad oficial que se diluye. Esta es la letra ‘plural’:

Canta, España,/ Y al viento de los pueblos lanza tu cantar:/ Hora es de recordar /
Que alas de lino / Te abrieron camino / De un confín al otro del inmenso mar.

Patria mía / Que guardas la alegría de la antigua edad: / Florezca en tu heredad,
Al sol de Europa / Alzada la copa, / El árbol sagrado de la Libertad.

2)    Versión de Paulino Cubero (Comité Olímpico)

     Elige como modelo el de una estrofa con bis de las partes de la estrofa sin que en las bases del Concurso se fijara modelo. Esta fue la letra ganadora:

     ¡Viva España! / Cantemos todos juntos /con distinta voz / y un solo corazón
 ¡Viva España! /desde los verdes valles / al inmenso mar, / un himno de hermandad
         
      Ama a la patria / pues sabe abrazar, / bajo su cielo azul, / pueblos en libertad.
Gloria a los hijos / que a la Historia dan / justicia y grandeza / democracia y paz.

     Algo esencial a la hora de fijar una letra a una música es que las partes fuertes musicales deben coincidir con sílabas tónicas, de lo contrario se produce un desajuste de acentos. Es lo que ocurre deliberadamente en esa famosa canción de Raphael: “EscanDAlo, es un escandaLÓ”, donde nunca se dice esCÁNdalo. Pues bien, en esta letra, al final, anoto hasta cinco dobles escandalosos desajustes acentuales que lo hacen incantable en algunos momentos. (En Juaristi había un solo desajuste en “hora”) Esto en cuanto a la forma. En cuanto a la calidad literaria, ustedes mismos. Ese fondo de saco de nombres abstractos no parece lo más adecuado.

3)    Versión de Miguel Ángel Gómez Sedano

      El autor alcalaíno retoma en su reciente versión grabada la solemnidad perdida por Juaristi, de quien sin embargo toma el verso corto, y es enmendada por la dignidad lírica de ‘su’ tenor (www.sueñaespaña.es) Su recuperación es tan integral que arrima la letra a la entera partitura del Himno. Esto tiene una ventaja y muchos inconvenientes. Nos explicamos. El Himno íntegro consta de tres estrofas de igual factura: la primera y la tercera son vibrantes, y la segunda, la de en medio es una quinta tonal más baja que las otras dos. El intervalo o escalón tonal es tan bárbaro que no vale para ser cantada por el pueblo, sino para una audición de una voz de especial registro. Pero la ventaja que tiene es que asistes al momento emocional más intenso del himno, que, para mí, es el contraste emotivo, de reiteración evocativa de la segunda estrofa, que coincide al mismo tiempo con el momento más inspirado de la letra de Gómez Sedano:

      Roja y oro, / amada piel de toro, / puro manantial / de lengua universal.              Valles, montes / de hermosos horizontes / patria sin igual / que abraza nuestro mar.
     Pueblos hermanos / y un fiel soberano / forman la Nación / y su Constitución.Héroes de hazañas / de muchas Españas, / donde alcance el sol / suspira un español.

      Y para finalizar, si me lo permiten, les ofrezco la letra que yo mismo escribí hace años, tomando como modelo la silva de Pemán, pero haciendo ‘bis’ de las partes, no de la estrofa como hizo el gaditano. Hablo principalmente de la forma, que de gustos, dicen, nada hay escrito.

     Canto a España, que es piel / de toro y tierra brava del honor, / un sol que yo heredé. ¡Madre España! Se ven / por tu bandera ríos de pasión, / de oro el corazón.
     Diste tu lengua y tu sangre y tu fe / al mundo que a tu andar / se duplicó a tus pies. Juntos tus hijos, / con paso tenaz, / tras cumbre y sed vencer,  / el cielo han de tocar.
                                                     José César Álvarez
                                                     Puerta de Madrid, 21-12-2013

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