domingo, 3 de junio de 2012


     TENORES DE ALCA LÁ

     La voz de tenor ha sido siempre la voz cantante, mientras que la voz de bajo ofrece el contraste, el contrapunto. En una masa coral ambas cuerdas se necesitan. Hubo un tiempo en que al Orfeón Complutense de Juventudes Musicales le faltaban tenores, sin embargo poseía un gran plantel de bajos; por el contrario, la Schola Cantorum de Alcalá de Henares de aquellos viejos tiempos, a su lírica cuerda de tenores se le oponía un reducido grupo de bajos más atemperado. Ambos directores debían poner sordina al grupo fuerte e insuflar al débil.

     Tenores los hay excelentes en Alcalá. Tenemos a los ‘scholanos’ Anchón, Fontecha y ‘el Peque’, tenemos a Antonio Cerezo, el primero que grabó con su rondalla el pasacalles ‘Alcalá de Henares’, y también Carlos Prieto, un alcalaíno que integra los coros de RTVE. ETC.

     Muchos tenores, pero, sin embargo, en el ayuntamiento de Alcalá no hay tenores. No los hay. Tengo para mí que la voz cantante la ha tenido siempre la derecha, y no simplemente por una mayor detentación del poder en la historia, sino porque su cadencia melódica es más fácil, de línea más uniforme: familia, ahorro, empresa, OTAN, obligaciones… Por el contrario, la izquierda pone el acento en los derechos y reivindicaciones, y, muchas veces, por simple necesidad de contrapunto, de técnicas asonantes o disonantes, su solfa es esta: divorcio, aborto, huelga, expropiación, anti-OTAN…

     Grandes tenores son Fraga y Vestrynge; grandes bajos, en cambio, son Carrillo y Gerardo Iglesias. Esto nadie lo pone en duda. Y es que la derecha canta en el registro de tenor, a lo Kraus, mientras que la izquierda canta en el registro de bajo a lo Paco Rabal, Teófil Martínez, José Guardiola… En principio no puede decirse que una tesitura sea mejor que otra. Hay solamente personajes preferentes.

     Porque lo que aquí ocurre es que ya no hay solistas. En eso consiste la democracia. La individualidad se difumina en beneficio del pueblo. Ahora no se llevan los solistas y se canta en masa coral. La democracia es la polifonía. En la historia universal de la música se ha culpado a los tenores de su natural predisposición para interpretar “solos”. Pero no son los únicos. El cantante bajo Fidel Castro viene ejecutando un “solo” mucho más largo y sórdido que el del tenor Pinochet, pongo por caso.  Los “solos” cuanto más largos más monocordes resultan.

     El panorama polifónico complutense es amplio: la Agrupación coral instrumental de Juventudes Musicales, la Schola Cantorum, el grupo escolar de Mari Sol, el grupo Alborada… Pero los del ayuntamiento, que no, que  no les entra, que todavía no han aprendido que tenores y bajos se necesitan recíprocamente. Se quedaron sin tenores y ahí les tienes canturreando monocordemente en voz grave ellos solos. Así no puede ser, no luce. No hay punto de referencia, no escuchan la melodía sobre la que apoyarse. Y, claro, la eximia soprano doña Asela Sanz se las ve y se las desea, entre tanto bajo, para imponer la melodía ella sola. En el caso de los ediles cantores de Alcalá, un profesional que se precie de serlo hubiera tirado ya la partitura hace tiempo. “O me ponen tenores o no canto” así de sencillo.

     TENORES DE MADRID

     Los tenores han sido siempre gente conformista, muy seguros de sí mismo, quizás porque su línea interpretativa ha sido siempre discursiva, narrativa, sin el esfuerzo que requiere el contrapunto, la dificultad de los altos intervalos.

     Pero he aquí que el sábado pasado, día 5, los tenores madrileños se echaron a la calle, eran cientos, miles, cientos de miles, subían Castellana arriba cantando en la misma cuerda, doscientos mil quinientos tenores en la calle, y tras del son grave que forman los que permiten cercenar el asomo a la vida, que llaman despenalizar, ellos, los tenores, quinientas mil voces interpretaron la más exquisita aria a la vida, una patética balada a la libertad para nacer y la jocunda canción popular de “viva la madre que sí me parió”.

     TENORES DE EUROPA

     Y al día siguiente, primer domingo de marzo, los tenores de Europa, legiones de legiones, tenores de Alemania, tenores de Francia, se echaron a la calle para decir ‘no’ a un modelo de sociedad que los unos han tenido ya tiempo de conocer durante su sometimiento, y que los segundos no quieren seguir conociendomás porque desafinan.

     Un bajo profundo, Stalin, había dicho que “en Alemania no se podía hacer la revolución porque estaba prohibido pisar la hierba”. A él le hubiera gustado más la hierba del caballo de Atila, la que no vuelve a crecer. Los tenores, según Stalin son los que no pisan la hierba.

     Y sin pisarla, los tenorinos europeos y modernos se van lentamente acercando, ya vienen, menos mal. El Ayuntamiento de Alcalá tendrá en breve tenores. Paradójicamente os lo dice un bajo que lo es.

José César Álvarez
Puerta de Madrid, 12.3.1983


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