lunes, 11 de junio de 2012

Marx, Telemadrid, Reig Pla

     En realidad, de lo que voy es de trios dialécticos. Que ¿qué es eso? Verás.

      Fue el filósofo alemán Hegel el que dijo aquello de que la Idea, es decir el pensamiento,  es decir el progreso, se sucedía en ciclos de un tiempo indeterminado, pero que obedecían al esquema de tesis, antítesis, síntesis. Quiere ello decir que al período “blanco” le sigue otro “negro” y remata en un período “gris”. El ejemplo es mío y no es muy afortunado porque “gris” no implica  ningún avance con respecto a sus términos anteriores, pero es una forma de entendernos. A esto se le llamó la “dialéctica hegeliana”, que explica el progreso humano a través de la oposición de contrarios.

     Detrás de Hegel vino Marx y le dio la vuelta al calcetín. Dijo que lo que progresaba no era la Idea sino la Materia, y que Hegel era un idealista. Las etapas de prosperidad del hombre estan —decía Marx— en relación directa con la materia, con la determinación del hombre por arrancar los secretos a la materia, captar sus materias primas, su elaboración, distribución y el control de los medios de producción. Así llegó a formular uno de los tríos dialécticos más desestabilizadores de la historia: Capitalismo, Proletariado, Revolución Socialista. Marx forzó violentamente la historia. Porque la historia real ha enmendado así la falsa profecía: Capitalismo, Comunismo, Democracia, según interpretaciones posteriores.

     Pues bien, con estos precedentes dialécticos escuchaba la semana pasada una interesante entrevista que le hacían al filósofo Antonio Escohotado en Telemadrid, que es un canal que vemos cuando nos dejan verlo unos señores muy graciosos que se dicen sindicalistas y que siguen forzando la historia. El entrevistado dijo allí que la mayoría de la intelectualidad de su generación ha discurrido por los siguientes períodos dialécticos: Cristianismo, Marxismo, Liberalismo. Y en un tono de complicidad, le decía al entrevistador Sánchez Dragó, al parecer colega ultramontano de sus tiempos antitéticos: “Hay que ver la de tontorronadas que dijimos en aquella segunda fase marxista. Recordarlo sólo nos puede producir sonrojo”. Y  el filósofo explicitó sagazmente su tríptico ideológico.
    
     Ya puestos, nos atrevemos a formular un trío dialéctico de neta actualidad alcalaína. Pero como no queremos ser falsos profetas, sólo nos permitimos formularlo de manera interrogativa. Recientemente ha tomado posesión  de la Diócesis de Alcalá el obispo Reig Pla, tercer obispo de Alcalá de los tiempos corrientes, ya que el verdadero tercer obispo de Alcalá estaría sumergido por el siglo IV, y, para más señas, sería su nombre Ampelio, San Marcial o Fulmaro, según las fuentes. Pues bien, la interrogante posibilista sería esta: ¿Acaso el trio Ureña-Catalá-Reig Pla, los tres obispos de Alcalá de la nueva era, tres valencianos, tres, acaso, digo, no encajan en el esquema dialéctico de tesis-antítesis-síntesis?  En todo caso va implícito aquí el deseo de ser síntesis, que es ser crisol y avance.

José César Álvarez
                                                                                             Puerta de Madrid

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