domingo, 2 de febrero de 2014

Alcalá gana a Móstoles

     No se trata de un titular sobre fútbol, ni tan siquiera del ‘fulbito’, que es hoy por hoy nuestro ‘deportito’ más representativo. Se trata de que Alcalá ha echado la zarpa a Móstoles en el número de habitantes, según los datos del padrón, que ambos ayuntamientos han hecho público a primeros de Enero. Se trata de un dato empírico y psicológico al erigirse Alcalá, según criterio cuantitativo dominante, en primera ciudad de su autonomía después de Madrid (3.233.527) Se trata de glosar el excelente reportaje a todo color que PUERTA DE MADRID nos ofreció (nº 2.313) sobre datos demográficos.




     En efecto, desde el 1 de enero de 2014 el empadronamiento de Alcalá asciende a 206.634 habitantes. Dicho censo de población es considerado como estable, ya que la movilidad censal es insignificante, toda vez que la variación que va del 1.1.2012 al 1.1.2014 es de +387 habitantes. Pequeña alteración dentro de las magnitudes en que nos movemos.
        
 El antiguo y actual ayuntamiento de Alcalá de Henares sigue siendo el edificio emblemático de su descentralización. Fue un proyecto de adaptación de Cirilo Vara en 1870 sobre un hospital de Agonizantes, sometido después a reformas interiores y a ampliaciones, en las que absorvió un grupo escolar y el cuartel de guardias que completaba el solar. Su diseño inicial muestra un estilo ecléctico decorativo de influencia francesa. Su padrón, a 1.1.2014, ha sido de 206.634 habitantes



     Esa variación censal bianual de +387, que siempre es creciente, no avanza en términos absolutamente lineales, sino que es el resultado de las fluctuaciones entre nacidos/fallecidos e inmigrantes/emigrantes. Ello quiere decir que los nacidos e inmigrantes forman regularmente un número ligeramente superior al de fallecidos y emigrantes. Algunos datos para estas fluctuaciones son los 2.000 nacidos de media anual en el Hospital Príncipe de Asturias, no todos de Alcalá; la emigración de trabajadores extranjeros, provocada por la crisis, no superior, sin embargo, a la inmigración que no cesa; y a estos datos se une ahora la emigración de la juventud residencial alcalaína. Ese cóctel de los que se van y de los que se vienen –aunque en viajes bien distintos–, nos arroja un saldo positivo, de casi tablas, esto es, la estabilidad de población.  
 
     Por su parte, Móstoles, que viene desde hace muchos años ostentando la primogenitura de las poblaciones en torno a la Villa y Corte, ha figurado en su padrón del 1 de enero con 206.337 habitantes, es decir 297 menos que Alcalá de Henares. Móstoles sigue siendo el núcleo más poblado de ese Sur madrileño que representa el mayor fenómeno demográfico de España de los últimos cincuenta años. Pero existe una diferencia esencial en el censo comparativo de las dos poblaciones. Mientras Alcalá absorbe un censo de 43.607 extranjeros registrados, Móstoles sólo acoge a 29.411 ciudadanos extranjeros.
     


 

El ayuntamiento de Móstoles fue inaugurado en 1976. En 1971 se aprobó el derribo del antiguo, situado en el mismo solar, que comprendía la cárcel y el matadero. Los hermanos Algora, ceramistas mostolenses colocaron tres mosaicos en la fachada, alusivos al viejo reloj, al escudo y al alcalde Andrés Torrejón, el del levantamiento contra los franceses. Su estilo es moderno contemporáneo. El padrón de 1.1.2014 asciende a 206.337 habitantes


 
     Ha sido así cómo Alcalá ha vencido a Móstoles en un valor en el que nosotros nunca hemos creído: la cantidad. No es mejor el que más tiene. Nosotros hemos vendido a Alcalá desde otras perspectivas: como ‘Ciudad patrimonio de la Humanidad’, Ciudad Romana, Antigua Diócesis Santiustina, Señorío prelaticio de Toledo, Universidad del Renacimiento, Universidad Complutense genuina, Cuna de Cervantes, ‘Civitas Dei’, ‘Civitas librorum’… Sin embargo, todos nuestros avales históricos parecieron siempre a los de enfrente subjetividades localistas. “Tanto sumas, tanto vales” parecían decirnos fríamente. Todo se reducía a valores contantes y sonantes, a pie de censo. Era un mercantilismo a golpe de acta de padrón. Y con ese golpe fuimos tercera ciudad madrileña, sin contar Madrid; y fuimos muchos años, segunda , y ahora nos dicen que primera.

     Pues ahora cogemos el título cuantitativo que sigue sin gustarnos y lo reconvertimos en acicate psicológico y prurito promocional. Ahora puede servirnos de redondeo para vender a Alcalá como ‘Primera Ciudad de Madrid’, aunque ese ‘primera’ tiene distintas acepciones. Es ‘primera’ ahora por haber alcanzado el primer padrón de la provincia (aunque esto es ser segunda oficialmente) Pero ya era ‘primera’ antes en términos absolutos. Es “primera” de su Comunidad por su mayor antigüedad como ciudad romana y su antecedente enclave del Viso. Y es ‘primera ciudad’ de título real por ser concedido por Carlos II, en tanto que los nombramientos de ‘ciudad’ de Chinchón y Colmenar de Oreja fueron de Alfonso XIII. Y es ‘primera’ como única urbe de Madrid patrimonio de la UNESCO. Desde varias perspectivas, ahora y antes, Alcalá es ‘primera ciudad de Madrid’. Por lo que el liderazgo alcanzado en el parquet de la Bolsa madrileña tiene sólo un valor de mero redondeo.

     De todas formas, de cara al valor clasificatorio conferido por los mercantilistas del padrón, los números son buenos. Pero la noticia de que Alcalá ha ganado a Móstoles tardará otros cuarenta años en llegar al conocimiento de los ciudadanos madrileños. Al tiempo.


José César Álvarez
                                                               Puerta de Madrid 8.2.2014  

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