LA CIUDAD DUAL
(una réplica de 'todo a dos')
Sr. J.C.A:
Lo que usted escribe sobre Manuel Azaña no vale. Usted distingue entre el Azaña
escritor y el Azaña político, y se queda sólamente con el primero. Eso no vale,
eso es descoyuntar un personaje. O se queda con todo o lo deja. Si la manzana
está medio podrida, es sólo una manzana,
no dos. No sea usted miserable y tire toda la manzana a la basura. C.R.N.
En plena cuaresma de mis austeridades
cognitivas y literarias, he recibido este ‘emilio’ de un lector que podría ser Cirineo por sus
iniciales, aunque a mí no me ayude a llevar la cruz, sino a ponérmela. Yo nunca
hablé de manzanas, pero, en este tiempo de ayuno, limpiaré la parte afectada de
la manzana que llegó a mi plato y comeré la parte sana. No estamos para hacer
dispendios. Siento no seguir las instrucciones. Y es que las manzanas se
aprovechan siempre, no sólo en los tiempos de tribulación. Es cuestión de
educación.
Hoy no voy de Azaña, aunque alguien quiera.
Hoy quiero contestar a mi Cirineo desde el paisaje de esta ciudad dual que es
Alcalá de Henares y sin poderlo evitar. Es ciudad dual en su propia
denominación.
Sr. Cirineo, la que fue Complutum y Al Qalat, ella, tiene dos patronos: los Santos Niños, que a su vez son dos, Justo y Pastor, y la Virgen del Val, que es réplica de la original. La actual ciudad está partida en dos por las vías férreas, que aquí son de dos raíles cada una, y está colgada a las orillas de la carretera A-2. Su Ayuntamiento antiguo mantiene en su fachada dos puertas pareadas, su iglesia Magistral-Catedral, dos naves laterales; su iglesia de Santa María, antes Jesuítas, luce dos espléndidas cúpulas; la fachada de la Universidad, dos colosos; y al colegio de Málaga le flanquean dos torreones, como al de Aragón y al del Rey. Su antigua Vía romana Emérita-Cesaraugusta, hoy Úrsulas y Colegios, alinea un lenguaje dual de cipreses pareados; su plaza Mayor, dos paseos de plátanos abovedados de doble hilera y su calle Mayor, dos soportales con pilastras de piedra. Entre sus antiguos colegios universitarios están San Pedro y San Pablo, San Felipe y Santiago, Santas Justa y Rufina, San Cosme y San Damián, San Ciriaco y Santa Paula, los Carmelitas Calzados y Descalzos y el hospital de San Lucas y San Nicolás.
Sr. Cirineo, en esta ciudad desde donde le escribo, nació Miguel de Cervantes Saavedra, de padre y madre, como todos, en el número 2 de la calle de la Imagen, pero su citado apellido es doble, sí, sí, como el padre. Fue soldado y fue poeta; tuvo aquí dos casas, la que se conoce y la que no se conoce, y fueron suyos don Quijote y Sancho en dos partes, la del hidalgo y la del caballero, y Rucio y Rocinante, Rinconete y Cortadillo, Persiles y Sigismunda, Cipión y Berganza, Cardenio y Luscinda, Tirsi y Damón, Las dos doncellas y La española inglesa.
La ciudad desde donde le escribo, villa
entonces, fue Universidad del Renacimiento y del Barroco, y herederas de ella
son dos: la Complutense
de Madrid y la Universidad
de Alcalá, que “las dos son madres y las dos son hijas”. En aquella lejana y
originariaUniversidad se enseñaba la filosofía aristotélico-tomista, como la
teoría hilemórfica de la materia y la forma, del cuerpo y el alma, y las del
acto y la potencia, de la esencia y existencia, de la substancia y
accidente…
Como usted ve, la ciudad desde donde le
escribo tiene una larga existencia dual, que va desde la época de los dos
cónsules romanos hasta la de los dos papas, también romanos. Y fue Manuel Azaña
y Díaz y nació aquí, en la ciudad dual. Y fue escritor y fue político. ¿Pasa
algo?
Yo no sé si usted, Sr. CRN, está a favor o
en contra de Azaña; yo no sé si uste viene o si usted va; yo no sé si le he
contestado o no le he contestado. Pero no me importa. Doblemente no me importa.
José César Álvarez
Puerta de
Madrid, 15.3.2014
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