miércoles, 25 de marzo de 2015

Gigantes y raquíticos




Gigantes y raquíticos


     Dicen que encontraron los huesos de Cervantes, que al menos son huesos “no incompatibles” con los de su condición. Pero ese no es un resultado concluyente. Sabíamos más antes, estábamos más seguros. El marqués de Molíns, presidente de la Real Academia decimonónica, estudioso del tema, ya había dicho que por su imprecisión “todo el convento de las Trinitarias era la tumba de Cervantes”. Si la aventura necrológica empezó con tintes científicos ¿cómo se anuda ahora el final feliz?



     Encima de los huesos “no incompatibles” del gigante Cervantes, había un enterramiento de niños raquíticos. Los que iban a la búsqueda del gigante, dicen ahora que van a ocuparse del raquitismo del barrio de ‘las letras’. Son especialistas para todo, para gigantes y para raquíticos. Así es que con esta iniciativa nos hemos enterado de que Cervantes fue removido y enterrado entre raquíticos. Pero Cervantes, no, Cervantes no lo fue, hubiera sido señalar al barrio de Alcalá, este de su niñez, este de las riberas de nuestro Henares. Cervantes lo que fue de niño es un rubiales tartaja. Lo segundo le duró más que lo primero según dice en el Prólogo de las Novelas Ejemplares. Sabía escribir lo que no sabía decir. Su pluma fue la sublimación de su lengua estropajosa. Así que mejor que no hable, mejor que no hable.



   El que habló aquella mañana lo que le dejaron desde Barcelona fue Francisco Rico, un gigante cervantista, a quien los excavadores de las Trinitarias le dijeron que les había echado un jarro de agua fría. La palabra que más repitió el académico catalán aquella mañana fue la de “tonterías”.  Los huesos de un esqueleto –dijo– son la excrescencia de la vida; y los frutos y las flores son la exaltación de la vida. Y en otro orden de cosas dijo que últimamente se han dicho muchas tonterías, como que Cervantes es de Sanabria o que el Quijote fuera escrito en catalán y después traducido al castellano. Sacó a paseo a “los alcalaínos o complutenses”, quienes  podrán así visitar la urna necrológica para enorgullecerse de ser paisanos del hombre que más ha hecho reír en el mundo, para añadir que el peligro de todo esto es el ‘fervorín’ y la ‘cultura de la chequera’.



     Podrán llevar alguna carga ácida contra los alcalaínos las palabras de don Francisco, pero ¡es tan leve! que ni se nota apenas, acostumbrados a la agresión del allanamiento de la cuna más preciada. Con las palabras que llegan de Barcelona estamos ahí orientados en los puntos cardinales que culturalmente nos corresponde. Nadie nos mueve la silla, dicho sea todo “sin fervorín”.



     Este domingo pasado en Alcázar de San Juan han dado a una plaza el nombre del último alcalde de la época franquista, enumerando entre sus muchos méritos, el de establecer allí la cuna de Cervantes, la verdadera, la del “Sabedra” que en Lepanto era chaval. Ay, San Francisco Rico, ora pro nobis.



     A Cervantes, que le mueven todos los días su cuna, le mueven ahora su tumba. Le han perforado la intimidad del subsuelo mortuorio, su franciscano enterramiento. Sin embargo, Cervantes va a cumplir un deseo que no he oído citar a nadie. Cervantes, que pidió ser enterrado en el suelo de la Orden Trinitaria, en gratitud a la Orden que le rescató de Argel mediante la gran suma de “quinientos escudos de oro en oro de España”, cuya deuda reconoció, sin pagar en vida, ahora, el deudor –que dijo ser natural de Alcalá de Henares– va a poder empezar a  cumplir su compromiso después de 435 años de que lo firmó. Los gigantes de la palabra cumplen su palabra

    

     El osario de las Trinitarias de Madrid es una sombra del osario vivo de sus calles soleadas, donde gigantes y raquíticos se mezclan sin etiquetas identificativas. Los antropólogos clasifican a los muertos, pero los vivos no se dejan. Hay más: el gigante y el raquítico llegan a ocupar la osamenta de una misma biografía. Messi, que es gigante, llegó a Barcelona para curarse un principio de raquitismo. Y el ciclista colombiano Nairo Quintana subía el otro día al podio como vencedor de la Tirreno-Adriático y las azafatas italianas se agachaban para propinarle un beso a dos carrillos. Los gigantes y los raquíticos se superponen en la vida y en la muerte.     



José César Álvarez

Puerta de Madrid, 27.3.2015

viernes, 20 de marzo de 2015

Réplica cervantina







Réplica al ataque al patrimonio cultural de Alcalá



“No se puede asaltar un cervantismo de tres siglos con triple botín: Cervantes, el Quijote y La Mancha”
    

    (Contesto al artículo de César Brandáriz en ‘Diario ABC’ del pasado 1-3-2015, donde no fue admitida esta réplica)



     Las imprecisiones en el arrastre del tiempo y en las señas del entorno novelado en una época que carecía de DNI, de fotos y prontuarios, no justifica reescribir la historia y la geografía para, ahora anteponer  a tiempos pretéritos un entorno flamante y sin fallas. A la invención constructiva le sigue ahora la reinvención destructiva. Lo cual me parece grave, porque se trata de tumbar, primero, el patrimonio acendrado que hemos elaborado. Es el espíritu cainita del español, el cual se adivina en esta frase: “no existe, por más que sorprenda, ningún solo documento no manipulado que pruebe el supuesto nacimiento (de Cervantes) en la gran ciudad del Henares”. No es que la afirmación “sorprenda”, es que conmociona, torpedea y pretende volcar todo un acervo intelectual  que recibe el nombre de ‘cervantismo’, en cuyo seno, por una u otra de las razones allí esgrimidas, deben sentirse agraviados los eruditos de la ‘manipulación’ Martín Sarmiento, Gregorio Mayáns, Vicente de los Ríos, Francisco Navarrete, Juan Antonio Pellicer, Ramón León Máinez, Cristóbal Pérez Pastor, Francisco Rodríguez Marín, Francisco Navarro y Ledesma, Narciso Alonso Cortés, Luis Astrana Marín, Martín de Riquer, Canavaggio, Rey Hazas… Es decir, que si nos creemos lo que allí se dice hemos de asistir a la voladura de tres siglos de fecundo cervantismo acumulado.


     La primicia de Alcalá de Henares


     Todo ha sido mentira. Hemos asistido en este país a una sarta de personajes enajenados, de prestigio hilarante y supuesto. Es mentira la partida de Bautismo de Cervantes en Alcalá de Henares, junto a la de sus hermanos en el mismo Libro. Es mentira el pedimento encontrado y comentado por el exquisito Pérez Pastor, donde  de su pluma y letra dice ser Cervantes “natural de Alcalá de Henares”. Es falsa toda la abundante documentación de los Padres Redentores de la Orden Trinitaria que le liberan de Argel. Es falsa la primicia del feliz hallazgo de Martín Sarmiento en el libro de Haedo (1612), escrito en Argel por Antonio de Sosa y otros cautivos que aquilatan el origen de Cervantes. Es falso también que el Cervantes de Lepanto, de Argel y del Quijote sea el mismo. Y es falso que el Cervantes alcalaíno sea Saavedra, pues es un Cervantes Cortinas que nace en 1547, que es ‘otro’, porque el Cervantes ‘fetén’ nace en 1549,  por capricho de los que quieren que sea “otro”.

     Ante este paisaje de desolación, ante este monumento a la falsedad que quieren convertir a Alcalá de Henares, sólo, si me lo permiten, voy a recuperar aquí dos momentos. De nada sirve polemizar con quien es autor de semejante ‘cervanticidio’. Nada que decir. Nada que objetar, por otra parte, ante quien deslumbra con tan brillantes y abundantes documentos en su favor, y donde no puede haber manipulación porque no hay soporte

     1) La Galatea, primera novela

     Sólo con un fondo de mala intención, ausente de rigor intelectual, puede citarse la parte que interesa, dejando en silencio lo que no interesa e interpretar después por libre. Cuando se cita a Damón sin mencionar a Tirsi no es decente. Tirsi y Damón son pareja inseparable entre los personajes de La Galatea, primera novela de Cervantes, donde en su alegoría pastoril retrata a sus amigos poetas y maestros Francisco de Figueroa y Pedro Laínez, “quien en las montañas de León tiene su origen”; mientras que el primero es alcalaíno, “complutense”, como también lo es la pastora Teolinda que narra por boca del autor el paseo de los pastores poetas por las riberas de “nuestro” Henares, en cuya “aldea” –Alcalá– convivieron algún tiempo los tres amigos poetas: Figueroa, Lainez –con sus pastoras– y Cervantes, todo ello allí expresado en lenguaje idílico pastoril.

      Es cochura del autor del artículo que Damón es 

un ‘alter ego’ del Quijote cuando en la novela 

intercalada del Cautivo, donde busca sus 

pretensiones sólo se dice que En un lugar de las 

montañas de León tuvo principio mi linaje.  

Señala con imprecisión el linaje,  el topónimo (?) 

que da origen al apellido, todo lo demás es 

invención.


    


     Y ya que estamos en La Galatea, quisiera 

mostrar la portada de la edición ‘princeps’. Esa es 

una prueba objetiva del Cervantes de Alcalá. Hay 

ahí cuatro nombres de varón: el autor, el librero 

Blas de Robles, –padre de Francisco, el que 

publicará sus mejores prosas– y el impresor Juan 

Gracián, tres alcalaínos más un cuarto de aquel 

punto y hora: Acisclo Colona, un noble italiano y 

benefactor que le pagó la imprenta de su obra 

pastoril, al cual Cervantes conoció en la 

Universidad de ‘su pueblo’, a través de su amigo 

alcarreño Gálvez Montalvo, secretario de Acisclo 

en aquel 1585, en que las crónicas relatan que 

acudió Felipe II, de paso a tierras de Soria, para oír 

la disertación del que erahijo de Antonio Colona, 

“aquel sol de la milicia” general de galeras en 

Lepanto. Pero es que el de la fe de erratas, Várez de

Castro, también está en la Universidad, como los 

amigos poetas que abren su obra con sonetos. Y 

 ¿quién traslada el escudo de Colona a la imprenta 

 de la calle de Guadalaxara? 


Todo lo cual demuestra que también Cervantes fue  

vezino de Alcalá, y por encima de los “garabatos” 

de la partida bautismal –a la que los paleógrafos 

tratan con más respeto–, en Alcalá hay que saber 

ver también el clima y la trama cervantina.

      
     2) El prólogo de las Novelas Ejemplares

     Se insiste en que Cervantes nació en 1549 porque así lo dice en el citado Prólogo. Y verdad sería si lo hubiera escrito en 1613, en que va fechado, pero después del 29.9.1613. Contra esta obsesión fija diré que en efecto allí dice tener 64 años y un pico que es “la mano” –que a los cincuenta y cinco de los años gano por nueve y  por la mano–.  Cervantes está aludiendo al juego del mazo. La edad del mazo son los 55, y hubo de escribir el Prólogo a principios de 1612, antes de las Aprobaciones de mediados de ese año, en el que tenía los 64 años cumplidos en 29 de septiembre de 1611 más el pico que dice tener. No hay más misterio. El ‘pico’ hubo de ser de entidad como para mencionarlo. El problema es que no puede hacerse con el retrato que le hizo Juan de Jáuregui porque la casa del pintor en Madrid está cerrada a cal y canto sin que regrese de Sevilla el pintor por causas familiares graves. Al no llegar el retrato, se ve obligado al año siguiente a corregir el prólogo, que antes comenzaba así: Este que veis aquí, de rostro aguileño… y que ahora va a comenzar así:



Quisiera yo, si fuera posible, lector amantísimo, excusarme de escribir este prólogo…

     Es esa la interpolación primera, viene después el retrato que ahora entrecomilla, seguido de otra interpolación que enlaza con el resto del primitivo texto. Pueden diferenciarse en fondo y forma ambos textos, viejo y nuevo. En el primero abunda la primera persona y la minuciosidad personal; en el segundo abunda la tercera persona y la excusa derivada. La referencia a la edad pertenece a la minuciosidad personal del texto primero. La fecha en 14.7.1613 del prólogo y de la dedicatoria al conde de Lemos, que estaba en Nápoles, fue la fecha de un retraso de impresión por causa del retrato esperado, entre otros. También se le retrasó Murcia de la Llana, el inepto corrector de erratas que conoció en el Colegio de la Madre de Dios en Alcalá, cuando dice que corrigió el Quijote I. Esa fecha tardía de 1613 se sobreponía a una edad expresada crípticamente un año antes, verdadera en su momento. Veintisiete días después alcanzaba el privilegio real definitivo. Todo es muy sencillo, ese es el Cervantes alcalaíno que nace en 1547 y que firma su Prólogo enmendado un año después de decir su edad.


     Patrimonio inaudito

     En mi libro La disputada cuna de Cervantes enumero al menos diez lugares pretendientes de la cuna de Cervantes, juntamente con sus razones, y son: Madrid, Lucena, Sevilla, Córdoba, Consuegra, Esquivias, Toledo, Alcázar de San Juan, Arganda del Rey y Cervantes (Zamora). Se trataba de llevarse la cuna del “escritor alegre”. Pero esto es lo nunca visto, las montañas de León tienen pretensiones inauditas sobre un patrimonio inaudito. No se puede asaltar un cervantismo de tres siglos con triple botín: Cervantes, el Quijote Y La Mancha, todo de una tacada. Eso es indigesto, como mínimo. Tratar de robar La Mancha por supuestas trasposiciones ‘leonesas’ de su fauna y flora es convertir en narrador prosaico al creador libérrimo.


JOSÉ CÉSAR ÁLVAREZ

es miembro de la “Institución de Estudios Complutenses”,

premio ‘Ciudad de Alcalá de Henares’ en Narrativa,

y autor de La disputada cuna de Cervantes   

Semanario Puerta de Madrid,

21.3.2015



sábado, 14 de marzo de 2015

Diario de mártires




Diario de mártires

     Día 11.- Once años de 11M. En el monumento a sus víctimas en la Estación hubo un acto institucional por la mañana. Lo inolvidable no puede olvidarse. En el quiosco de la plaza, por la tarde, hubo otro acto que organizó el grupo de Víctimas de Alcalá. El primero es anual, el segundo mensual, once a once, erre que erre.



    

     Por la mañana se leyó una declaración institucional, que quiere decir que el texto sobre el 11M estaba consensuado en teoría por los cinco partidos políticos del ‘agonizante’ ayuntamiento. Quiere decir que es una sopa cocinada por cinco cocineros y que resultó lo que resultó, un caldo tibio con tropezones de democracia, libertad, Constitución y Derechos humanos, un poquito de todo. Entiendo que como texto institucional sonaba bien, con reiterada alusión a las víctimas. Decía: “que la barbarie y el terror no tienen cabida en una sociedad como la nuestra…y de paso manifestar nuestra más firme condena a los que sesgan la vida de las personas con falsedades, imposturas y anacronismos”.

     En una masacre como la del 11-M, que carece de autores  directos –uno hay en la cárcel–, cuando el lenguaje desciende del concepto universal al nivel de las personas, no se hace aquí para señalar a quienes faltan, sino para señalar y acusar de impostura a personas en nebulosa. ¿Se refiere el ayuntamiento a la Cadena de Radio que fue protagonista en aquellos días? ¿A quién se refiere el Ayuntamiento Pleno en su imprecisión?

     Fue una columna de equilibrios circenses y conceptos equívocos donde “se sesga la vida” cuando la vida se siega, que es justo lo que pasó hace once años 192 veces. Pero no, eso no se puede decir, los términos realistas son violentos, de extrema derecha por lo menos. Así es que en este aniversario del 11-M “se sesga la vida”, y yo me lo creo.

     El pueblo español tiene más olfato. Todas las encuestas sobre el particular han determinado por mayoría que los españolitos no se creen la milonga que les han contado sobre aquel día atrozmente inolvidable.


     El comunicado institucional acabó así:“Y en esta plaza, y junto a este monumento, infinito símbolo de la lucha contra la injusticia, queremos expresar a las víctimas nuestro apoyo y nuestra gratitud.”  Ese infinito símbolo de la lucha contra la injusticia” es tratar de diluir en las nubes del limbo la reivindicación de la Verdad y de la Justicia que deben llevar a la calle. El ‘infinito’ es eslogan que está bien para vender a Cervantes, pero no vale como moralina seglar. Ya sabemos ahora que a los concejales de ese Ayuntamiento de Agonizantes, hay que colocarles en sus reivindicaciones un símbolo infinito para que se colmen y se calmen.  



    
      Día  7.- Dicen que hubo 1.300 niños. Fue una fiesta. Fue la reversión de las reliquias de los santos Justo y Pastor. Así se recupera una fiesta que fue, y se conquista plenamente a los patronos de Alcalá, que quedaban desdibujados por la canícula de su fiesta oficial. Ahora puede entrar el curso de los niños. Los niños con los niños. Son los Niños que huyeron al Norte, víctimas de ese fanatismo de siempre que entró en España en 711. Son los Niños fugitivos de Huesca, el Pirineo y Narbona que buscaban cobijo. Los Niños fugitivos suscitaron el cariño con que les atenazaron como propiedad. Hubo de intervenir el rey Felipe II y el propio papa para aflojar tanto abrazo aragonés. Y los Niños fugitivos fueron Niños pródigos a través de los caminos festivos de la España de su retorno. Hasta que el relicario de los Niños entró en Alcalá  por los raudales de risa blanca de la carrera blanca de Guadalaxara un 7 de marzo de 1568, cuya puerta ya fue para siempre Puerta de Mártires, la que dicen de los ‘cuatro caños’. Y desde esa plaza de su sol naciente, se cruza en derecho el viejo corazón de Alcalá hasta la plaza de los Santos Niños, de plaza a plaza, de oca a oca, un salto alegre de juego infantil que brota hoy por la médula ósea de la ciudad antigua, para caer en su honda cripta, tan honda que en el siglo VII, en tiempos de Chindasvinto, según rezan los ‘Anales Complutenses’, los patronos de la diócesis Complutense lo fueron de España, mucho antes que lo fuera el patrón de la Compostelana. Y el nombre moro de la Alcalá colgada habitó entre nosotros, en perjuicio de Santiuste, el santo nombre del niño más niño y valeroso, que quedaba envuelto entre la bruma pirinaica.



    

     Día 6.- Proclamación del martirio de San Ignacio González por causa de venírsele encima el ático de Estepona, quien, junto a Santo Tomás Gómez, arrollado por el tranvía de Parla, forman los Santos Niños de la Autonomía de Madrid. Nada esgrimía la justicia contra ellos. Su martirio les vino a mano limpia desde sus pretores. San Ignacio ha pagado la alevosía contra sus tribunos que le restaban caudales en beneficio de los levantiscos de la costa, rebajando los impuestos a sus ciudadanos en contra del criterio del Imperio y colocándose a la cabeza de las provincias hispanas. Había que castigar la alevosía. Primus honor Imperii.



José César Álvarez


Puerta de Madrid, 14.3.2015

sábado, 7 de marzo de 2015

NICOLÁS




NICOLÁS
 
  
                                    S. Nicolás de Tolentino,  plafón en mosaico en Sevilla

     Los nombres arrastran aromas o tufos, eufonías o connotaciones, y Nicolás es un nombre que despierta simpatías. Nicolás es nombre que va prendido a la historia de Alcalá por varias costuras. El Hospital de Estudiantes de San Lucas y San Nicolás para estudiantes pobres y enfermos fue una fundación del Cardenal Cisneros del año 1513. Estuvo en la calle de Los Carros, calle que hoy lleva precisamente la de Cardenal Cisneros, y fue trasladada en 1540 a la que es hoy casa-palacio en la plaza Atilano Casado, en cuya puerta principal de medio punto, flanqueada por columnas, exhibe sendos medallones laterales dedicados a sus refundadores, al Maestro Angulo, a la izquierda; y al Doctor Valladares, a la derecha. El primero como constructor, el segundo como cedente.
      

 Antiguo hospital de estudiantes de San Lucas y San Nicolás
     Esta institución siguió su vida hasta 1836, fecha en que la larga agonía de nuestra Universidad cumplió definitivamente. Poco después sería expropiada por el Estado y adquirida por el Marqués de Morante, quien confirió al edificio su actual aspecto, respetando sus señas históricas.
     Porque en la inscripción del centro, protegida por el vuelo del balcón hay una leyenda en que nombra a Nicolás, a quien seguimos su rastro. Dice así: "ANO 1573 D D LUCAE EVANGELISTAE ET NICOLAO PONTIF AEGROTANTIUM INDIGENTIUMQUE PATRONIS" (…a nuestros patronos de enfermos y de necesitados Lucas Evangelista y Nicolás Pontífice)  

     Así que ahí están servidos en dúo Lucas y Nicolás como pareja de hecho. No es un dúo natural. Los dúos cantan juntos, como lo hicieron Justo y Pástor, Justa y Rufina, Cosme y Damián. Pero estos ‘patronos’ pertenecen a épocas y rollos distintos. Pero ¿quién es ese “Nicolás pontífice, patrón de indigentes”? San Lucas, está claro, es patrón de los enfermos por ser médico. Pero, ¿Nicolás? ¿Por qué la leyenda no antepone S. S de Santos ambos y antepone D D (Dominis)? ¿Están pensando los lapidarios en otro Nicolás?



     Hay un San Nicolás universal del siglo IV, patrono del mundo ortodoxo de Rusia, Grecia y Turquía, que fue obispo y que fue el origen de Papá Noel y Santa Claus en el mundo anglosajón. Se le llama “de Bari” en Occidente. Es este un San Nicolás al que hicieron gordito y bonachón, y va a Holanda todas las navidades desde una legendaria España en que carga de regalos. Hay un San Nicolás papa en el siglo noveno, el que destituye a Focio como patriarca de Constantinopla, metido en líos de autoridad papal y cisma. Es pontífice, pero no canta entre los menesterosos. Hay otro papa muy conocido, Nicolás V, el del Renacimiento. Pero nada que ver aquí.



     Las Juanas. Antiguo colegio convento de Agustinos recoletos de San Nicolás de Tolentino

     Hay, sin embargo, un San Nicolás de Tolentino del siglo XIV, que ese sí es patrón de menesterosos y de cantidad de pueblos españoles. Ese es el San Nicolás del Puerto, el pueblo natal de San diego de Alcalá, cuya cuna le impacta. Hasta tienen ambos sendos milagros de panes. Es este el San Nicolás, cuya devoción y advocación llevaron los españoles a tierras de América. Fue agustino ermitaño, mas nunca fue pontífice. Pero este es el único al que le cabe  el título que reza la leyenda frontal de la casa-palacio del Marqués de Morante, la decimonónica casa que aspira a ser decimonónica pinacoteca de los Madrazo.

    

     Este es también quien dio nombre al Colegio convento de Agustinos descalzos recoletos San Nicolás de Tolentino de la calle de Santiago, hoy ‘Juanas’, desde que en 1884 fuera ocupado por ellas, las Siervas Franciscanas de San Juan de la Penitencia, provenientes de la calle de San Juan. Cuando llegaron al convento de los frailes salidos, les había salido en la huerta una plaza de toros, la primera del lugar, que hubo de salir.



     El ‘pequeño Nicolás’ no sabrá si es Tolentino, aunque conozca a Moratinos, que es muy parecido, pero me pega más que sea de San Nicolás de Bari, no sólo por las copas que le hacen pagar sus amigos gorrones, sino porque al santo melifluo y bonachón le representan con tres monedas de oro en las manos.



    Nicolás Maduro es otra cosa. Este tiene petróleo y eufonías de pajaritos, pero no tiene santos ni papas. Las eufonías de su nombre se desangran por las calles de Caracas. Sus nicolases son raudales de miseria y de mentira. Me llega de fondo la televisión de los bolívares emergentes, a quienes les gritan las ‘prosperidades y libertades’ de su patrocinador. Es la tertulia de los gritos que avisan contra los gritos increíbles del tirano Nicolás.



José César Álvarez


Puerta de Madrid, 1.3.2015


lunes, 2 de marzo de 2015

Diario de la Reconquista




Diario de la Reconquista



     Era el día del último Pleno Municipal Ordinario. El concejal de ‘España 2000’ Rafael Ripoll presentó tres mociones, a las que, como es costumbre, no le hicieron ni pajolero caso, ni tan siquiera se debatieron. Una de ellas fue la propuesta de la celebración en 2018 de la Reconquista de Alcalá. La soledad de su previsora formulación sonó como un bote rodado y hueco. Pero a uno no se le caen los anillos por agacharse a por un bote para darle forma. Al contrario.



     A algunos, que están más pendientes de la evolución del ladrillo o del asfalto, o de las matemáticas electorales que se avecinan, la propuesta de Ripoll les puede parecer sólo un ancestro, y en verdad que lo es. Pero es también una puesta en valor de la historia y una oportunidad para saber de dónde venimos, lo que estas tierras fueron, un celo por el pasado, por el legado que nos une y acrisola. Me temo que con Ripoll no tengan la cortesía que es normal en cualquier normal ambiente por causa de la política, que es fanática y cainita para con sus opositores.       



    
                    Vestigios de Alcalá la Vieja

     Gracias a Ripoll, que nos ha refrescado la fecha con la misma naturalidad con la que la hemos recibido, hemos podido reproducir algunos detalles de aquel importante evento que va a cumplir los novecientos años. Alfonso VI conocía bien el Toledo que haabría de conquistar en 1085. Porque, muerto Al-Mamún, el rey moro que le agasajaba en la bella ciudad, no quiso mantener el pacto de amistad con el sucesor Al-Cadí, a quien expulsó de Toledo. Pero las tierras de Alcalá quedaban todavía ocupadas en la retaguardia, las cuales fueron tomadas en 1088. Pero nos referimos al poblado o burgo de Alcalá, porque el alcázar de Alcalá la Vieja se resistía desde su estratégica altura, no pudiendo ser conquistada hasta 1118. Fue tomada por las tropas reales capitaneadas por el arzobispo don Bernardo, quien asistió personalmente al asedio y rendición. Era don Bernardo el primer arzobispo de Toledo después de la reconquista, quien había sido cluniacense francés y abad de Sahagún, y alternaba, –costumbre de la época– el uso de la espada con el báculo.



     Cuenta la historia que aquella victoria cristiana sobre la musulmana estuvo significada por la invención de la Cruz que destacó luminosa sobre el monte de su nombre, el de la Vera Cruz, un milagroso día 3 de mayo.



   
                             Don Bernando

     
     Fue así como comenzó la historia grande de Alcalá y del alfoz de sus veinticinco villas. Fue así, como consecuencia de la victoria arzobispal, que el rey donó a la mitra de Toledo el Señorío de Alcalá. Ahí comenzaron los ocho fecundos siglos de unión tolentina (1118-1885) De ahí vino lo del patrimonio y lo de la Universidad, y la Magistral y el palacio, y el Siglo de Oro, y la picaresca, y sus alumnos que fueron santos, y la imprenta, y la Reina Católica, y hasta las cigüeñas y las almendras. De ahí vino todo. Todo, menos Justo y Pastor y Cervantes.



     En estos tiempos de historiadores progres que quieren borrar el mito de la Reconquista, como si los signos de sus castillos no existieran a lo largo de la vasta epidermis de su gruesa piel de toro, el refresco de la mente, traído por Ripoll, es otro aliciente que hemos de agradecer. Ahora agradecemos el relato del fasto que nos ocupa al historiador alcalaíno Miguel de Portilla y Esquivel, quien tiene en su patria plaza ocupada y calle antigua:



     La conquista de esta Fortaleza reservó dios al Santo Primado Arzobispo Don Bernardo, Francés de nación, Español de afecto, Benedictino en hábito y profesión. Corría el año de mil e ciento e diez y ocho; y era reyna de Castilla y León Doña Urraca, hija de Don Alonso Sexto, madre del Séptimo… conservaba en su tiempo las señas de una bastida de donde se asentaron lostrabucos y otros ingenios que entonces avía para tirar grandes piedras;…Don Bernardo, que ya viene marchando con su Exército para conquistar de Moros a Alcalá la Vieja;… Sentó sus reales en aquel cerro que Morales nos dixo; y como desde él se asestaron las vaterías contra Alcalá la Vieja; y es evidente no ser este cerro muy alto, y más apartado de Alcalá la Vieja, llamado de la Vera Cruz, pues ni con instrumentos de pólvora se podía hacer operación desde allí en este Castillo…; subidos en el Pico mal Vecino, desde el qual levantó al Cielo los ojos el Santo Arzobispo Bernardo, ázia el parage de mano derecha, sobre la altura del Vera Cruz, miró, y vió (¡qué dulce prodigio!) una Cruz rodeada de resplandores… Allí fue el ánimo de los Christianos, allí el assombro de los Moros…(Historia Compluto, I, 103)

 

José César Álvarez


Puerta de Madrid, 28.2.2015