sábado, 26 de mayo de 2012

Gallinas ponedoras

     La semana pasada se ha hecho público el descenso de la población de gallinas ponedoras, por lo que dicho déficit ha debido ser compensado desde otros colectivos en virtud de secretas mutaciones.

     Da la casualidad que mi amigo rumano Radu, que me ha servido de chófer en un viaje por el norte, tiene un teléfono cuya sintonía de llamada es una gallina ponedora. No me llegué a familiarizar con su canto, por lo que siempre que irrumpía, me cogía desprevenido con un susto. La gallina ponedora de Radu, copia sonora de una real, se encrespaba, se encendía ella sola hasta alcanzar cotas de histeria canora.

     En Alcalá ha habido tradición de fincas avícolas de importancia. En “Los Arcángeles” de la carretera de Daganzo se hizo durante años una buena selección y crianza de gallinas ponedoras. Y en “las cuarenta fanegas” de la carretera de Camarma, que se extendió a la finca colindante de “El Alamillo”, hoy sumida en “Los Espartales”, se levantaban enormes naves de gallinas ponedoras que nos suministraron los huevos nutricionales de nuestras juventudes leídas y corridas. Don Nicolás Rubio, mecenas de viejos tiempos, quien costeó la carrera a conocidos curas, fue el celoso impulsor de las iniciativas de su finca. Por el contrario, don Mariano Rubio, prefirió hacer su carrera para gobernador del Banco de España que hacer el recorrido por  los ponederos familiares.

     Yo he asistido allí a una nave encrespada y encrestada. Una nave no es como la gallina de Radu. Son miles de gallinas asustadas en un efecto dominó, un encendido cacareo que llega al paroxismo fónico, como una ola gigante, como una marabunda indómita –ca-ca-ca-cá, ca-ca-ca-cá–.
    
     El cacareo me llegó al norte. Media nave del Ayuntamiento de Alcalá de Henares –media nave más uno– han puesto el huevo de la reprobación al Sr. Obispo de Alcalá, Monseñor Reig Pla por su homilía del pasado Viernes Santo, retransmitida por la 2 de TVE. Se le acusa de homófobo –de “homófono” según el texto original de la moción de UPyD, donde se le pide el destierro–. Es un huevo cruzado por tres razas de gallinas ponedoras en un delirio tronante –ca-ca-ca-cá, ca-ca-ca, cá– , que responden a las siglas UPyD, PSOE  e IU.

     Media nave ponedora (+1) se ha metido en corral ajeno para atacar al gallo vecino en su libérrimo canto. Es la sublevación del corral, donde las  gallinas ponedoras se han erigido en tribunal de la Moral y de la doctrina de la Iglesia. ¿En qué lado están ahora los inquisidores? Los nuevos tribunos de la Moral dicen ser los paladines de las modas éticas y de las sensibilidades estéticas. Las aves de corral creen que su imperfecta democracia les permite volar al cielo de todos los poderes sin separación alguna.  

     No puede ser un huevo de la fecundidad este huevo atrabiliario que puede dividir a un pueblo.

     Uno, sin embargo, cree en la inteligencia de las personas encrespadas. Ellos saben que don Juan Antonio, así, perseguido sin razón convincente, será más querido por sus feligreses de lo que ya lo es. Y él ha recibido ya su apoyo y su refrendo. Es la discreción frente al cacareo. ‘Gracias’ les dirá algún ‘perseguido’, también con discreción.

                                                                  José César Álvarez
                                                   Puerta de Madrid, 26.5.2012


ANEXO
Para dejar constancia de este asunto y que cada cual forme su propia opinión, ofrecemos a continuación las palabras literales que el Obispo de Alcalá pronunció en la homilía del Viernes Santo sobre el tema homosexual.

Reflejamos antes su contexto. En cierto momento el Obispo hace una panorámica descarnada del pecado de nuestros días en los distintos colectivos de la sociedad y de su infierno. Habla, entre otros, de los empresarios que pecan cuando explotan al obrero; de los obreros que no son leales con sus empresas; de las madres que abortan; de los curas que llevan doble vida y así también se refirió a

“Aquellas personas que hoy, llevadas de tantas ideologías, acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad humana, que  piensan ya desde niños que tienen atracción por las personas de su mismo sexo y,  a veces, para comprobarlo, se corrompen y se prostituyen o van a clubes de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno.”   

MIS AMIGOS AL AYUNTAMIENTO

Quisiera haber escrito en este encabezamiento una frase de un autor muysonoro que dijera: “El mejor criterio  que sobre una persona puedas obtener es la impresión primera, la más lejana en el tiempo, ya que la capacidad en el arte de encubrir es menor.” O una máxima india que dijera: “Los ríos so más genuinos cuanto más te acerques a su nacimiento”. Quizás co citas o sin ellas algo ha bullido en mi subconsciente al rememorar, por puro deleite, las figuras juveniles de tres hombres que ocupan lugares destacados de responsabilidad en las primeras elecciones democráticas de esta ciudad al Ayuntamiento,por los tres partidos mayoritarios: Olegario Fontecha (1-UCD), Heliodoro Ceballos (1-PCE) Y Arsenio Lope Huerta (2-PSOE)

     OLE: Voleibol

     Jugaba Olegario Fontecha a este deporte cuando todavía se llamaba balón bolea. Recuerdo que mi hermana me invitó a presenciar un partido de su ídolo en la Laboral, donde Fontecha estudiaba, y pude comprobar que su nombre era coreado ya bravamente por el público. Ole era un auténtico gigante en el campo de juego, donde se desarbolaba y se descoyuntaba para agradar a sus incondicionales. No se puede decir que los movimientos de su cuerpo fueran armónicos, sino que trataba de llegar como fuera allí donde el cuerpo se resistía, rozando casi la pirueta imposible. Evitaba los mates del contrario en posturas inverosímiles que arrancaban el refrendo ovacional del respetable. Ole buscaba la eficacia, no el aplauso. Quizás por ello yo no puedo ser objetivo, porque comocí a Ole juntamente con sus “fans”, asociado a ellos.

     Su juego puede resumirse así: Saque terrorífico, no elude la subida a la red, antes bien busca allí al contrario en el rebote, sus mates son irrefutables, palmeando a terreno de nadie.

     Un jugador de voleibol no tiene un puesto fijo en el campo, sino que a cada paso van corriéndose los puestos, pasando por todos ellos de manera rotativa. Así es como todo voleibolista es un comodín. O jugador completo. Pasan del ala derecha al centro y del centro a la izquierda. Después en orden inverso: izquierda, centro, derecha. Este carácter rotativo del jugador de voleibol entraña la ausencia de inmovilismo. al contrario que en otros deportes o concepciones de juego. Por ejemplo, en el fútbol, un jugador puede ser etiquetado como defensa derecho o extremo izquierda, pero el voleibolista carece de definición geográfica, ya que contiene y resume todas.

     Era el voleibolista Ole estudiant e el último curso de su ingeniría técnica,  cuando el que suscribe estaba allí también en su primer año de docencia. Uno era nuevo y educado y llamaba de usted, claro está, a sus superiores. Estaba yo un día con el Sr. Vicerrector, cuando llegó Fontecha, a la sazón presidente del Consejo intercolegial de Alumnos de la Universidad Laboral, y saludó al superior pinchándole con un dedo en la barriga. Supe después que Fontecha, precursor de nuevos tiempos, tuteaba al subsecretario, al ministro y al ‘sursum corda’. El dedo índice de Fontecha vino a desarmar las rígidas estructuras jerárquicas de mi caletre, todo mi universo.

     Su saque, su presidencia y su dedo índice le conferían una cierta aureola de ‘enfant terrible’.

     HELIO: Fútbol

     Como en una nebulosa lejana veo a Heliodoro Ceballos en la demarcación de extremo izquierda, a la que ya en tan bisoña edad tenía querencia. No es que brillara en esta especialidad a gran altura, pero cumplía con holgura. Había en él cierta clarividencia en la jugada, algo de elegancia en el regate e ideas claras en la concepción del juego. Ideas, sin embargo, que tenían el incierto marchamo de no materializarse en cuanto le marcara un defensa medianamente duro. Pero, eso sí, apuntaba maneras. De ahí que Helio amara el desmarque, el hueco, pegado a la banda. La verdad, correoso no lo era, y evitaba el fragor de las “melés”, de los encontronazos  en el remate.

     Ceballos me viene envuelto en la nebulosa a la vez que en la sotana de seminarista. En el seminario, la práctica del fútbol en chándal fue una ‘apertura’ posterior a la época a que me refiero. Yo estoy seguro que Ceballos se siente muy orgulloso de haber jugado con sotana. Y este cronista, para realizar esta crónica, y no por otro motivo, hubo de permanecer ocho años a su lado, también de sotana. Comprendan ustedes la laboriosidad de esta crónica deportiva, realizada commo enviado especial

     Sobre la sotana nos anudábamos el fajín rojo. Recuerdo que el fajín de Heliodoro estaba un tanto desteñido. Yo creo ver en e fajín de Helio la razón fundamental de esa vitola de ‘independiente’ que se nos ha colocado, porque, a decir verdad, rojo rojo del todo no lo era.

     Hay, sin embargo una cuestión que no he digerido todavía, es su nombramiento como inspector. Este fue su primer cargo. El inspector era una especie de subalterno del prefecto de disciplina, y había de alternar difícilmente su condición de compañero y superior. Hay que decir, sin embargo, que Ceballos no fue tridentino en un recinto tridentino. Le faltó siempre el ademán.

     Nació el futbolista Helio en Priego de Córdoba, ciudad natal del primer presidente de la segunda República, don Niceto Alcalá Zamora, y creció, vivió y se desarrolló en Alcalá de Henares, ciudad natal del segundo presidente de la misma República. Felicísima coincidencia que podría marcar su estilo de juego.

     Los balcones de su infancia y adolescencia miraban a la plaza de Cervantes y se daba de bruces con la montonera arrumbada de las piedras de Santa María. Esas piedras blancas de tan negro suceso deben pesar en su retina de alguna manera.

     CURRO: Baloncesto

     El número uno en esta especialidad es, sin duda, Arsenio Lope Huerta. Su palmarés lo dice: cinco veces campeón de España junior y subcampeón de Europa. Solamente le ganó Rusia, pero Curro se ganó a Rusia. Me explicaré: una veces por España, otras por Rusia, sus equipos se retiraban de la competición para evitar enfrentarse, pero aquel año en que Curro es alistado en el primer equipo del Real Madrid para viajar a Rusia, catapún, va Rusia y se nos abre.

     Iba Curro para ministro de Asuntos Exteriores por lo menos, cuando se nos queda en el número dos de su equipo local. Jugaba Curro, que era Arsenio, en el Real Madrid, de ala en su merenguísimo equipo y cuando venía a Alcalá a jugar co los suyos lo hacía de base.  En efecto había que distribuir juego, enseñar lo que él bien conocía, ordenar racionalmente las jugadas, y, claro, Arsenio, que era Curro en Alcalá, era base en su complutensísimo equipo local.

   La noticia ha sido ésta: Curro aquí ya no juega de base, ahora vuelve a ser el Arsenio que Juega de ala.

     Pero mi mayor admiración por Curro fue el día –ahí es nada laapertura de Rusia– en que escuché su nombre pronunciado por vez primera a través de los circuitos microfónicos nacionales por la dicción de Matías Prats. Acometíó el gran locutor el nombre de Arsenio con una gran apertura bucal implosiva en la primera letra-del alfabeto, dando un gran vuelo linguoalveolar a su llegada a la ‘r’, a la que los lingüistas llaman coda o posición silábica postnuclear, y al llegar a su conjunción con la "s" eran ya sólo violines lo que se oía. Y quedaba todavía "enio".

     Tengo idea de que corrí con Curro por el ‘prao’ de Camarma, cuando niños. Y cuando consiguió la altura que ahora tiene venía Curro a la plaza a a acomplejarnos con su olor a Emilianos y a Sevillanos.

José CésarÁlvarez
Puerta de Madrid, 31.3.1979
     LA HOGUERA DE SANTA LUCÍA

     Serían las 7,20 de la tarde día 12 de los corrientes, víspera de Santa Lucía, patrona de ciegos y modistillas, cuando Bonifacio Vallejo, que dicen "El Líguerín” (deformación de ‘El Higuerín), amigo donde los haya, padre de Ramón Vallejo ‘El Artista’, más amigo si cabe, al salir el padre, digo, de su habitáculo rotulado como ‘Casa Pezuela, Vinos y cervezas’ le entró un aire, una tentación irresistible. Como quiera que frente al susodicho bar estaban apilados los viejos enseres y leña que los devotos de la Santa y vecindario en general habían allegado para contribuir a la tradicional hoguera, hete aquí que el señor Bonifacio prendió la hoguera. Lo cua] fue ejecutado de por libre y sin que hubiera guapo que lo redujera. Así las cosas, la hoguera de Santa Lucía 1978 ardió con una hora y diez nimutos de adelanto
lanto sobre el horario previsto.

     Comenzó, no obstante, el espectáculo con unos negros nubarrones de humo, aunque, justo es decirlo, no por culpa del espontáneo atizador, sino por culpa de un  neumático. Mas, superado el bache, pronto las llamas surgieron bravuconas, azuzadas por mano maestra, cuestión que haabrá que tener en cuenta para próximas ediciones. Una hoguera, señores, es algo serio, algo seriamente bello.

     Los incondicionales de cada año Ilegamn a las brasas esta vez con repetidas explicaciones que sopoortaba de buena manera el reducido esqueleto del señor Bonifacio. Llegaban los incondicionales para llevarse todavía las cabras en sus espinillas, llegaban siquiera fuese para recordar con nostalgia mirando el rojo vivo y decrépito de las ascuas. “Yo cuento 52 hogueras, los mismos que llevo en Alcalá” decía una señora que vendía botones en una mercería de la calle Mayor. Puede que el alcalainismo se cotice por enteros en la bolsa de la hoguera de Santa.
Lucía. “Aquéllas sf que eran fiestas” decía otra, quizás al ver que este año han faltado las patatas, el chorizo, el vino peleón... Y es que llevamos un tiempo donde uno no sabe si seguir, si hay que cambiarlo todo, si esta hoguera vale. Es un tiempo de hiato titubeante.

     La hoguera de Santa Lucía, sin embargo, es quizás el último vestigiu de un largo rosario de fiestas ancestrales que hemos oído contar a nuestros mayores: La Feria de la Cebolla, San Antón, San Blas, el baile de los compadres,
el baile de la blusa... Queda la hoguera de Santa Lucía, todos los años, aquí, al pie nrismo de la torre de San Justo, la más gallarda de esta región, frente a la ermita de la Santa y frente al rincón húmedo de "Casa Pezuela, Vinos y Cervezas”. .

     MADARIAGA, AZAÑA Y LOS ALCALAINOS

     Ha muerto Salvador de Madariaga, el alcalainista, el que abrió brecha en la prensa nacional clavando argumentos como dardos clarividentes en favor del retorno de la Universidad a Alcalá y desplegando su fina ironía sobre ese campus de ‘El Goloso’ donde se asentó otra universidad para Madrid. No hubo aicalaíno que le escribiera que le dejara sin contestar. Algunas de sus epístolas fueron en copla, chispeantes, y las guardan y exhiben hoy con orgullo sus agraciados y espontáneos renitentes. Lo que son las cosas: dos días antes de su muerte había releído el artículo que a Azaña dedica el insigne polígrafo fallecido en su obra “Españoles de mi tiempo”, y había transcrito a mi bloc estas líneas, poco conocidas, en que con Azaña nos vemos retratados todos los alcalaínos: “El español de más talla que reveló la breve etapa republicana era de Alcalá de Henares. Mucho se ha escrito sobre Alcalá; no obstante, poco sobre su clima. Alcalá es un horno en verano y una nevera en invierno, de tal modo que los alcalaínos están cocidos por el calor y recocidos por el frío, y así criados por anbas influencias contrarias logran una singular impasibilidad. Las cosas no les dan ni frío ni calor, no al menos comparables con los excesos  d e lo uno y de lo otro a que los somete su tierra...”

     Llega ahora la transcripción justamente con la noticia de su muerte. Desde Lucarno (Suiza), lugar de su fallecimiento, nos llega la acusación de impasibles. Y es verdad: lo bueno, lo malo, lo alegre, lo trágico, lo urgente, lo baladlí... todo lo recibimos con idéntica innmutabilídad. A veces da la alarmante sensación de que
esta ciudad ha perdido su latido. ¿Será verdad que es el clima el que conforma nuestra idiosincrasia? Sería una generosa justificación de nuestras debilidades. Puede que Alcalá posea un microclima, aunque no conste en ningún tratado de Geografía; pero el que sí consta ya es ese otro clima de tlbíezas, de perezas, de desconcertante hieratismo. Para conprobarlo, podemos hacer una relación de aspectos significativos de nuestra ciudad, y junto a cada uno agregar como el remoquete monocorde de un ‘ora pro nobis’ éste de Madariaga: “ni frío ni calor”..., "ni frío ni calor”... Lo cual podemos decir mirando el huero Palacio Arzobispal, mirando la pobre Magistral, ni sombra de lo que fueron, mirando los pajares y almacenes de nuestros colegios y conventos universitarios del Siglo de Oro, mirando la ruina de Santa María, mirando el tesoro cisneriano incautado...

     Puede hacernos esta acusación un hombre casi centenario que nos quiere  y que ha muerto con plena lucidez sobre su mesa de trabajo. Un hombre que ha vivido ‘con calor’ la historia de España, que ha escrito ‘sin frío’ en los cuatro idiomas principales de Europa, que ha escrito con pasión una novela eterna como es “El corazón de piedra verde” y una obra histórica como “Simón Bólivar”.

     Adiós a don Salvador, el ingeniero de las letras, el diplomático español más internacional, el cual se ha ido llevándose a Alcalá clavada.



     DÁMASO ALONSO A ALCALÁ

A Dámaso Alonso le ha sido concedido el Premio Miguel de Cervantes, el nóbel de la Lengua Española (al decir de América), de la Lengua Castellana (según el decir de la Constitución Española), sucediendo en el galardón a Jorge Guillén y Alejo Garpentíer. Porque es algo que cae de su propio peso y por aquello de que no hay dos sin tres, esperamos que el autor de “Hijos de la ira” reciba el premio en el incomparable marco de nuestro Paraninfo, a pesar de lo que por ahí se oye y se lee. Los celos que despierta Alcalá son justificados, pero su desplante, no. Cervantes y la Universidad de Alcalá son el binomio histórico de esta ciudad, que nunca  fue interactivo. Pero el espacio del Premio es el genuino del Siglo de Oro. Y único.
                                                                                         
      José César Álvarez
                                                                           Puerta de Madrid,  23.12.1978

domingo, 20 de mayo de 2012

El ‘Tantum ergo’ y el grito mudo

     Era el domingo por la mañana y su sol radiante te reclamaba. Luis y Luisa se prepararon para dar un paseo por la ciudad. Luisa dejó listo el sofrito de la paella. Luisito, como de costumbre, siempre a traspiés, se quedaba durmiendo la mañana por haber vivido la noche.

     Al pasar por el callejón de las Santas Formas, dos curitas y unos chavales fregaban el suelo con lejía, preparando el paso de Dios en el viril de las veinticuatro formas. Más allá, donde el callejón se ensancha, entre si es calle o es plaza, el paisaje de Dios se agravaba ante la nefanda huella del botellón.

     Una nueva y bella puerta con rampa aparece en el callejón con los relieves de Justo y Pastor en cada una de sus hojas. Al final del bulto ladrillar de Jesuitas, hoy Santa María, una fea tapia impide el abrazo al querido templo. Ese espacio que lo impide es universitario. La universidad de Alcalá es la niña bonita de la ciudad a la que en su día  se le dio el mejor ajuar, pero ella no da una china. Allí mismo, en la plaza de San Lucas, el  adoquinado, que baila de fiebres, se estrella contra una alameda para aparcamiento de vicerrectores.

     La mañana está adentrada y Alcalá está vacía. Los tilos de la plaza de San Diego, como una línea de soldados dormidos, apoyan sus cabezotas para no caerse, mientras borbotan los surtidores, que, a sus pies, duermen sus fragantes sueños. Son quiméricos soldados, apostados ante el cuartel del Príncipe, que es un rostro lleno de ojos vacíos, a través de los cuales se adivina un cuerpo huero, víctima de una vesánica y prolongada operación quirúrgica.

     Es ese un espacio de vaciados históricos. Vino a mediados del siglo XV el Arzobispo Carrillo y vació la parroquia de Santa María la Mayor que allí estaba, para construir el convento de San Francisco, donde se albergaron los Estudios Generales de Sancho IV, precedente de la Universidad. Vino en el siglo XIX la desamortización y O’Donnell lo vació, bajo el llanto de este pueblo, para hacerlo cuartel, el cual albergó a los históricos regimientos de caballería como Villaviciosa y Húsares de Pavía, que alternaron sus cantones bianuales con el cuartel de Conde Duque de Madrid. Y vino en el siglo XXI Bono y le traspasó su hípica a su amigo Virgilio Zapatero. Fueron, pues, Carrillo, O’Domnell y Zapatero los sucesivos vaciadores de este espacio. Los dos primeros fueron también constructores, pero el último sólo fue vaciador, por ser rector que reptó al rato.

     Toda la ciudad está también vaciada un domingo por la mañana. Están cerrados los comercios de la crisis y están cerrados los cafés que están abiertos, quizás como consecuencia de la resaca del sábado, la cual llega hasta la cafetería del Parador, también cerrada. Pero su camino les ha permitido gozar de esos dos reposteros cervantinos que penden de sendos balcones de la casa municipal, junto al callejón de Santa María, con textos de Mutis y Vargas Llosa.

     Los plátanos de la plaza de Cervantes se echan los brazos unos a otros formando bóveda en este domingo donde en los templos se lee el evangelio del mandamiento nuevo. Han brotado fuertes los brotes de la poda. La poda es la ‘austeridad’ de Mariano Rajoy y de la Merkel, y es también el ‘crecimiento’ de François Hollande y de los sociatas españoles que se han apuntado al invento. La Merkel y Hollande, Rajoy y la Valenciano, todos ellos están colgados al alimón de los plátanos de la plaza de Cervantes. Porque allí esta la austeridad de la poda y el estallido del crecimiento. Todo está allí, pero por su orden. Que una cosa no quita la otra.

     Luisa y Luis se separaron en un momento de la mañana, tras sus personales preferencias, y se reencontraron en casa, ante la paella, a la que, puntualmente, se sumó Luisito.

     –Yo he visto esta mañana una exposición la ‘mar’ de interesante –dijo Luisa– en el Museo Arqueológico. Se trata de la forma de vida de los madrileños más antiguos que se conocen. Son los carpetanos de Santorcaz de hace 2.300 años.    
    
     –A mí no me interesan tus carpetanos, mamá –sentenció Luisito–. A mí lo que me interesa es cuál será mi forma de vida y la de mis hijos. Por eso estuve anoche en la Puerta del Sol. Las leyes se hacen siempre a favor de los mercados, de los bancos y del capital que quiere asfixiarnos. Los jóvenes vamos a tumbar este sistema en el mundo.

     –Oye  –preguntó el padre–  ¿Qué decíais en vuestro grito mudo? No se os entendía.

–Qué más da –dijo el niño con desgana.

–Pues yo he asistido en Santa María a una bella homilía del señor Obispo, en cuyo acto se conmemoraba las Santas Formas Incorruptas, hoy desaparecidas, la que fue gran fiesta alcalaína, a la que vinieron reyes, cardenales y peregrinos. Ha sido un bello acto eucarístico, al que a diario le seguirá la Adoración Permanente y donde he cantado el ‘Tantum ergo’, qje tiempo hacía…

     –Tú, papá, no entiendes mi ‘grito mudo’, pero menos entiendes tu propio ‘Tantum ergo’. Que lo sepas –remachó agriamente el niño.

     –Está claro que tengo un ‘indignado’ en casa –dijo el padre, en tanto Luisa seguía sin recibir la aprobación de la paella.

                                                                  José César Álvarez
                                                                  Puerta de Madrid, 19.5.2012

domingo, 13 de mayo de 2012

Camino Real

     Ha nacido una flor autóctona en un campo de cardos. Entre los cardos europeos de los interventores que nos vigilan; entre los cardos de los verificadores internacionales que maldita la gracia; entre las púas cargadas de productos tóxicos y bancos malos; entre los cardos de la ceja, que han dejado a España como un culo, y lo enseñan por ahí con sus diarreas de insolidaridad; entre los cardos carnívoros argentinos que fagocitan a los españoles y lo celebran con festinero aquelarre; entre tanto panorama adusto de mezquindades y corrosiones, ha nacido una flor de tersuras y fragancias antiguas.

     Me refiero al premio ‘Camino Real’ que el día 11 de mayo el Príncipe de Asturias entrega a Plácido Domingo en el histórico Paraninfo de la Universidad de Alcalá, apenas acallados los ecos del premio Cervantes. Es esta la primera edición del premio “Camino Real” que ha creado el Instituto Benjamín Franklin ( Instituto Universitario de Investigación en Estudios Norteamericanos de la UAH) para distinguir a aquellas personalidades que han destacado en el fomento de la triple relación española, norteamericana y mejicana. El ‘Camino Real’ es el símbolo de una realidad histórica, la épica calzada construida por los españoles en su alargado enclave de misiones que unía la Alta y Baja California, es decir, Estados Unidos y Méjico. Es hoy un camino subrayado de ecos, que cuenta con una cadena de hoteles impregnada de carácter.

     El dador y el receptor. Es la Universidad de Alcalá la dadora de este premio. No es novata, precisamente, en estos temas, no brota, que rebrota, pues en su período naciente alumbró con su doctrina de juristas y teólogos la también naciente peripecia del Nuevo Mundo, protegiendo la dignidad del indio. Y Cisneros, que hizo de Alcalá, morada y escuela, corte y capital, según expresión del Padre Juan Meseguer, como solución a la controversia surgida entre franciscanos y dominicos, declinó decantarse por una de las partes y mandó allí a los jerónimos como mediadores inteligentes en un gesto de sabia diplomacia del Cardenal franciscano.

     Es el receptor el director general de la Ópera de Los Ángeles y es en Méjico un gigante fundido en un baño de popularidad, que  ha desescombrado el terremoto de su propia sangre y ha levantado casas a los damnificados del huracán Paulina. Plácido Domingo es una voz tan colosal que necesita todo Méjico para realizarse, de océano a océano y que, desde donde esté, hoy cantará su indisimulado madridismo.

     Entregará el premio el Príncipe de Asturias. El eco del rey  de España no se ha perdido por aquellas tierras que reviven y reproducen el orgullo de su alto nombre.

     En este período de ocurrencias desestabilizadoras, de amenazas de independencia, de desobediencias autonómicas, de denuncias anticonstitucionales, de protestas contra el gobierno centralizador, dicen, como un contrapunto se yergue incólume, uniendo naciones, el Camino Real de nuestro patrimonio histórico y cultural, por donde caminábamos todos los súbditos  indistintamente, donde cabíamos todos, y habremos de caber en este doceañista año de “la senda constitucional”.

     Las bellas ideas alguna vez toman cuerpo. Bienvenido sea este Camino Real del imperio que el tiempo no ha borrado. Bienvenido sea sobre los caminitos rotos de los territorios rotos de la España rota.


José César Álvarez
Puerta de Madrid, 12.5.2012

jueves, 3 de mayo de 2012

La besada de los Santos Niños

     Fue el chacho y le puso a su pollo este mensaje en el Iphone:

     Me pone, tio, ser yo tu binomio el sabado en el pueblo de alkalá. Yo yegaré
un poko +  tarde ke tu, chacho, pero a tiempo de jalarte el belfo, tio.
   
      Bete donde el obispo ese q.  larga tanto q. ya yo te giparé X ayÍ.
Boi a yebar gafas pastiyeras de kolor antrazita,, camisa rodweiler, bakeros kagaos, pelo a lo zenizo estándar con mechon engominado.
Ya beras, tio ké vueno.

    Después nos bamos a mirar a Kristiano kes un obús kesplota de tan güeno, no te me amodorres.

     Era la víspera doble del día de Cervantes, el día del libro y la rosa, el día que en el ‘pueblo’ de Alcalá, todos los años, se entrega el Premio Cervantes de la Lengua Española, el premio al bien escribir. Lo cual ocurre, todos los veintitrés de abril, si el día se deja, dentro del marco histórico del Paraninfo de su vieja universidad, emblema del Siglo de Oro español. Este generoso Paraninfo, sin embargo, metido también en la austeridad de los tiempos que corren, no había de albergar este año ni a los reyes ni al galardonado, como recortes impuestos –otra vez, tiña–, que no fueron anunciados en el programa del gobierno.

     Pero los hay que no colaboran con los recortes. Porque el chacho de las kas de kilo del Iphone y su binomio se mean en Cervantes y en el Paraninfo ese, sin que se sujeten. En las vísperas cervantinas, su gramática hace chiribitas y funden los plomos del tendido alcalaíno. Son un caso de sublevación  en toda regla, es un asalto a las normas que nos dimos y les dimos, es una revolución contra los mayores, letra a letra, allí donde hace más daño, todo al revés, para que se jodan los papás que tanto han mandado siempre y quieren seguir mandando. Y no les toques un pelo que te arremeten como coyotes. Provocan tanto estos tipos de caracteres anárquicos que la pupila que les capta, se rebota de alevosía plebeya. A este pueblo de Cervantes le escuece mirarlos en su víspera de paraninfos ahogados de latines filosóficos y teológicos. Y es el Paraninfo bodega del tiempo que conserva nuestro depósito normativo.

     Cervantes, que se muere todos los veintitrés de abril, pudo morirse este año del ssoponcio de la lectura del Iphone.

     Este joven del mechón engominado me recuerda a aquel estudiante de las trenzas valonas, todo un cromo de la época de Cervantes, que, montado en su caballería, alcanza no sin dificultades a la caravana que cumple su viaje desde Esquivias a Madrid. Cuando les alcanza, le dicen al estudiante que la culpa ha sido de la mula pasilarga de Cervantes. Entonces el estudiante pardal, al oír ese nombre se sorprende y le cumplimenta así:

     – Sí, sí, este es el manco sano, el famoso en todo, el escritor alegre, el regocijo de las musas.

     Cervantes, a paso bien asentado, ya con la nueva compañía, camino de la corte, le contesta al estudiante que las efemérides de sus pulsos acabarán su carrera, a más tardar este domingo, y que no tiene espacio para mostrarse agradecido a sus elogios.
    
     Especialistas del texto cervantino como Rosa Rossi dicen que este Prólogo del Persiles y Sigismunda, escrito dos días antes de la muerte de su autor, sólo puede entenderse dentro de un contexto ‘gay’. Los concentrados del sábado en la plaza de los Santos Niños no sabían que estaban asistiendo a una efeméride cervantina de esta naturaleza. Y puede que desde la críptica alusión de aquellos tiempos, a ellos se refiriera Cervantes cuando seguía diciendo:
    
   Tiempo vendrá, quizá, donde, anudando este roto hilo diga lo que a mí me falta y lo que sé convenía; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo y deseando veros contentos en la otra vida.

     Hemos cumplido, pues, el 396º aniversario de la escritura de estas palabras últimas  del primero de los alcalaínos. En cuatrocientos años se ha pasado de la insinuación al reto, del arte de la escritura a la provocación antinormativa y de la mula parda  al ‘megane’ tuneado.

     En la plaza de los Santos Niños empezó la faena a golpe de silbato, y una currucata gangueaba algo contra el obispo. En la catedral había una boda y el órgano imponente colmaba las bóvedas. La novia, envuelta en tules blancos,  con gran seguridad, dijo:

     –Antonio: recibo esta alianza en señal de amor y fidelidad a ti.

     En la cripta de este templo, la bodega más profunda de este valle, está la piedra del martirio de Justo y Pastor, primera piedra de este caserío. Esta piedra, aherrojada de amores, es la reliquia más besada de esta tierra. Es una  piedra que acumula diecisiete siglos de besos  de lugareños y peregrinos. Esa tarde, una mano, por entre la reja, le llevó un beso prendido.

                                                                                  José César Álvarez
                                                                        Semanario Puerta de Madrid, 28.4.2012


José César Álvarez,
(2, 1942) escritor,
Licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia de Comillas y la Complutense de Madrid,
premio de novela Juan Valera 2015, premio ‘Ciudad de Alcalá de Henares' en narrativa, autor cervantino, miembro de la Institución de Estudios Complutenses, colaborador del  semanario ‘Puerta de Madrid’…

 

Reseña literaria

José César Álvarez reúne y recompone en Sonatas Complutenses (Ediciones Bornova, 2004) los cinco premios obtenidos en distintas convocatorias de los años setenta en el certamen de los “Premios Ciudad de Alcalá de Henares”, donde obtuvo cuatro premios en el apartado 'Prosa' y un primer premio en un documental de cine realizado por Félix González Pareja, donde el guión y la voz eran suyos. Los títulos agrupados en este libro, que en su día fueron editados por la Comisión de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Henares, son los siguientes: Las cartas de Mauro García, La noche de las estatuas, Los tres rumores de Alcalá, Letanía en la Iglesia Magistral y Alcalá, tierra, piedra y hierro.  donde recopila su mejor lirismo en torno a Alcalá, Del autor dice el profesor Emilio Sola en el prólogo: “José César AAlvarez es un militante alcalaíno, entusiasta y lúcido al mismo tiempo”, y en la contraportada afirma la editorial, entre otras cosas: “Hay en Sonatas Complutenses una inquietud por la búsquedad de nuevas fórmulas de fabulación literaria”.

     En el año 2005, con motivo del IV centenario de la publicación de la primera parte del Quijote el Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Henares, juntamente con Ediciones Bornova le publican su obra de ensayo y de investigación La disputada cuna de Cervantes, donde pone en evidencia los argumentos de las patrias pretendientes  en ser cuna de Cervantes, consolidando a la vez la vinculación de Cervantes con Alcalá, tema que figura como una constante de sus escritos e inquietudes.

     La “Empresa municipal Promoción de Alcalá de Henares” le publicó en 2010 su poemario Poeta en Alcalá, obra articulada interiormente en otros cuatro libros.

     José César Álvarez, que guarda obra inédita de cuento y novela, se ha prodigado en la publicación de artículos de toda índole y temática, de cuño personal y estilístico, repartidos principalmente, en el semanario Puerta de Madrid, desde su fundación, hace más de cuarenta años. Han aparecido también artículos suyos en el Diario ABC, Nueva Alcarria, Henares 2000, Nuevo Alcalá, Sprint, revista de ciclismo donde escribió su primer artículo, ya que ha sido este siempre un deporte muy querido para José César, de tal forma que fue su primera inclinación periodística durante muchos años. .

   



Año 1986. Puerto del Escudo (Cantabria) JCA, solo y con sus dos hijos mayores.





     En su actividad radiofónica, mucho antes de que las emisoras de FM se ubicaran en Alcalá, José César Álvarez, que había integrado en Madrid los cuadros de actores de la Productora CAR y RNE, presentó y dirigió programas de temática local en 'La Voz de Madrid' y Radiocadena Española bajo los títulos de 'Puerta de Madrid' y 'Soportales de Alcalá'. Fue corresponsal durante diez años del programa diario 'Radiocadena Castilla', después 'Ancha es Castilla', que fue premio Ondas de información local. Posteriormente fue colaborador de las emisoras locales de Antena 3, Onda Cero y Cadena COPE.

  I N T R O D U C C I Ó N

    He querido mostrar aquí una "Selección y Colección de Artículos" periodísticos que he desarrollado a lo largo de cincuenta años en la prensa local. Debo lamentar que por mi proverbial desorden, haya perdido muchos de ellos que bien recuerdo, pero de los que carezco de fecha para su rescate. Esta colección y selección de artículos que aquí se presenta fueron publicados como artículos sueltos, unos, y los más, dentro de las distintas secciones que a lo largo de los años, fui escribiendo en el Semanario Puerta de Madrid, tales como “Notas de mi bloc”, “Pincelada alcalaína”, “Café con leche”,“Cervantinas”, “Salpicón de notas con nata”,“Ojo de buey”, “Risas y llantos”, las cuales quedan referidas en la sucesión en que aparecieron.

    
     Así, pues, la selección de artículos ha sido realizada por su propio autor, predominando el criterio literario a la hora de seleccionar, sobre otros criterios como pudieran ser el político, social o erudito, que, sin embargo, es prevalente en el tema cervantino. Y lo he hecho así porque siempre tuve como prioritaria la preocupación por el lenguaje literario.

     Junto al criterio literario he tenido también en cuenta la oportunidad del texto, tal que la vigencia del tema, su contraste actual, o la curiosidad que es digna de registrarse.


     La temática de estos artículos, que, en principio, es estrictamente localista, se abre con el tiempo y la madurez, creo, hacia una temática más universal, que a veces se mezcla y se entrevera con la local. Ello es debido a una cierta asfixia vital que produce inevitablemente la cajonera localista. lo cual puede servirde piedra de escándalo para indígenas puritanos.


     Me ayudan al rescate de estos textos y a su difícil 'escaneo' Lucio Puente Murcia y Jorge Luis Saldaña Álvarez, a quienes doy la lata en mi continuada acción de rescate sobre mi banco deficitario.    


                         &&&&&



     Esta "colección y selección de artículos" ha sido, pues, realizada sobre el material incompleto que custodia su autor, y ha quedado organizada aquí en los siguientes apartados:
           
       ARTÍCULOS CERVANTINOS
       MISCELÁNEA
       Notas de mi bloc” y otros
       Pincelada alcalaína” y otros
      “Salpicón de notas con nata”
      “Ojo de buey”
      “Risas y llantos”
        "Diario de un alcalaíno"

      Estas dos últimas secciónes no son selectivas, sino acumulativas durante un tiempo real. Así,  el autor va colgando semanalmente su artículo último publicado.
     
Las otras secciones de artículos no son fosos cerrados en ningún sentido. Son secciones  vivas que van recibiendo también  artículos rescatados, que , al hacerlo, suelen llevar 'notas de reposición', que actualizan el texto. Supongo que algún día las viejas secciones tendrán cumplimiento.

      Erudición y actualidad. Como cervantista que me considero no puedo desprenderme de la primera. La erudición es intemporal, pero el periodismo  es la actualidad. He optado por glosar la actualidad que es periodismo. La actualidad arde como la yesca. Uno escribe un artículo el lunes, que sale un jueves, y a veces ya es viejo. Es viejo el lenguaje coyuntural y la trama está superada. La actualidad se hace anciana con cinco días. Escribir en un semanario te lleva a veces a eludir lo analítico, el detalle. Pero la pluma que corre el albur de lo que el tiempo pinte no puede ser como el que se arrellana con la sabiduría intemporal. Son dos cosas distintas. ¿Será esa la diferencia entre el periodista y el escritor? No estoy seguro. De lo que estoy seguro es de que es mucho más difícil lo primero.

Para facilitar la búsqueda temática de los artículos, le precede un Índice de títulos individualizados, dentro de las secciones fijadas. Sin embargo, el propio 'blog' ofrece un índice más actualizado. 
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sábado, 21 de abril de 2012


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sábado, 21 de abril de 2012


miércoles, 2 de mayo de 2012

Cervantes hizo en Alcalá mucho más que nacer

Últimamente, en tres ocasiones distintas he oído decir con la mayor naturalidad que Cervantes nació en Alcalá y que a los cuatro o cinco años, según,  el escritor se marchó de Alcalá y se desentendió de ella para los restos. Esto no es cierto  y ha sido divulgado sin más por cervantistas foráneos a los que la alcalainidad de Cervantes les importa una higa. Pero nosotros no nos lo podemos permitir cuando hay pruebas que dicen todo lo contrario. En medio del fulgor del abril cervantino y de ese ‘tren de Cervantes’ que se ha renovado en la mañana de los sábados, una vez más, yo también, quiero recuperar puntualmente al Cervantes alcalaíno que no sólo nace.

Cervantes, vecino de Alcalá

     Además de la casa natal  de Cervantes hubo una casa de vecindad no identificada, que provenía de la parte de doña Leonor, la madre de Cervantes, cuya familia, los Cortinas, era una de las más pudientes del señorío de Alcalá, que, aunque con su hacienda en Arganda, tenían casa en Alcalá, a cuya jurisdicción pertenecía. Existe una docena de documentos  –cartas de pago, pedimentos, declaraciones– que genera el cautiverio de Argel y la Orden de la Sª Trinidad, que liberó a Cervantes de Argel, los cuales realumbran su nacimiento, filiación paterna y vecindad
    
     He aquí una carta de pago de Doña Leonor y Doña Andrea, reducida a los detalles que nos interesan, donde se da cuenta de la vecindad de los tres:

…en la dicha villa de Madrid, a treynta e un días del mes de julio del dicho año 1579, en presencia de mi…Dña Leonor de Cortinas,…y Dña Andrea de Ceruantes; vecinos de Alcalá, estantes en esta corte para ayuda del rescate de Myguel de Cervantes, vezino de la dicha villa, hijo y hermano de las susodichas, que está captiuo en Arger en poder del alimami, capitán de bajeles de la armada del Rey de Argel que de hedad de trynta e tres años, manco de la mano izquierda;…siendo testigos…, Fray Joan Gil (rubricado).— Fray Antón de la Bella (rubricado) .—  pasó ante mi, Pedro de Anaya y Zúñiga, escriuano (rubricado). (Arch. Hist. Nac. Libro de la Redempción de la O.S.T., año 1579, folio 17)

La casa materna de Alcalá   

      La vecindad expresada en la anterior carta de pago explica que, al ser liberado el  19-9-1580, la casa de su arribada, su faro doméstico después de sus doce años por su proceloso Mediterráneo, había de ser la “casa madre” de Alcalá.

    Esta casa ignota de Alcalá ya ejerció sus funciones de reunión familiar en las navidades del 64 y del 66, con motivo del ingreso de Luisa en el convento carmelita  y la defunción de la abuela Elvira, respectivamente. Quedó constancia documental del viaje desde Sevilla de su padre Rodrigo, quien viajaría aquí, claro está, con su hijo rubio y tartaja, como más tarde vendrían a la solemne toma de hábito de sor Luisa de Belén, que les retendría aquí más tiempo.
     Puede que la casa alcalaína que habita doña Leonor esté ahora en su intención de legalizarla en el poder que otorga a su marido ante el escribano Diego de Henao (diciembre, 1566) cuando reclama “las cosas que a mí me sean debidas e de derecho pertenezcan, ansí por herencia de mis señores padre e madre como de abuelos..." Dicha falta de actualización de su herencia, en la que doña Leonor figura como única heredera, pone en evidencia el alejamiento de doña Elvira, su madre, que no debió de estar de acuerdo con el casorio de su hija.

     Doña Leonor, asentada en Alcalá al lado de su hija monja, que fue nombrada dos veces abadesa, antes fue tornera y pudo susurrar de largo con ella. Esta indetectable casa hubo de ser una referencia para Miguel, incluso en sus momentos más distantes. En la ‘Ilustre fregona’ hay un personaje que en un viaje conjunto de Burgos a Sevilla se adelanta con la caballería “para pasarse por Alcalá de Henares, donde había de hacer un negocio que le importaba”. Lo cual podría ser un calco inconsciente de sus hábitos: visitar a su madre, a su hermana monja, a su prima Martina o a sus amigos alcalaínos.

     La ”casa madre” de Alcalá hubo de durarle a Miguel casi tanto como doña Leonor, su madre, quien fallece en Madrid el 19 de octubre de 1593. Apenas tres meses antes había tomado en alquiler una casa de dos pisos en la calle Leganitos, de alta renta y que paga con alegría. Se ha ido a vivir con su desgraciada hija Magdalena de Sotomayor, como ahora firma. Doña Leonor muere de repente. Cervantes debió recibir el correo por tierras onubenses, metido en las requisas de trigo.

Alcalá en su obra literaria

     No debió resultar gratuito aquel escandaloso pleito que el abuelo de Cervantes ganó a una de las más poderosas familias de España como eran los Mendoza de Guadalajara. Los Cervantes, por otra parte, fueron importunados demasiadas veces con expedientes de limpieza de sangre y hay quien piensa que el escritor hizo loposible para que no se le relacionara con los Cervantes de Alcalá. Aunque esto fuera así, como parece, no se puede en modo alguno neutralizar el subconsciente de un escritor en el ejercicio de su libérrima creatividad. En mi libro “La disputada cuna de Cervantes” presento 32 referencias a Alcalá o su entorno.

     No faltan, así, alusiones ponderativas, propias de la consideración y estima reservadas al lugar de nacimiento, tales como “el famoso Henares”, “la famosa Compluto” (La Galatea,1), “la gran Compluto” (Quijote, 1, 29)... Constato por tres veces la presencia del entrañable adjetivo posesivo "nuestro", adosado al Henares: "nuestro Henares", "la ribera de nuestro fresco Henares", "el soto de nuestro Henares", y también "las dehesas concejiles de nuestra aldea".

     Además de estas estimaciones adjetivas de su origen, cervantes demuestra poseer conocimientos de lugares geográficos menores y detalles del entorno y sus tradiciones, como "la gran cuesta del Zulema”, el camino natural desde Alcalá hacia la Arganda de sus abuelos; “el alameda del Concejo”, el "cortecido álamo blanco",  ancestral especie de las orillas del Henares; “la leyenda del moro Muzaraque en la gran cuesta Zulema” donde dicen que “yace encantado”; la mención trastocada a Diego de Alcalá (Q. 1,29); la cita sobre el número de ,estudiantes de Medicina en su famosa Universidad (‘El coloquio de los perros’), la exaltación de sus patronos Justo y Pastor (Los baños de Argel), el entremés sobre la elección de los alcaldes de Daganzo, villa próxima a Alcalá. Este entremés encierra una sátira feroz contra el poder de la Iglesia, cuyo caso no pudo ser conocido sino por la proximidad del vis a vis. Sabe que el Henares es afluente del Jarama, lo que, sin embargo, desconoce del Manzanares. Y cita las ‘Ninfas de Henares’ y las Súmulas de Villalpando, profesor de la Universidad.

Los amigos de Alcalá

     Por otra parte, los amigos de Alcalá le hacen de Alcalá, prueban el contacto con su patria chica. Los amigos de Alcalá lo encallejonan en Alcalá, allí los conoce. Entre los amigos citados en su obra, que llevan el hierro de Alcalá, están Laínez, Padilla, Gálvez de Montalvo, Figueroa, Valdivielso, Mateo Vázquez, López Maldonado, Vargas,  Juan Gracián..,

     A Galvez de Montalvo y a Padilla los salva en el “donoso” escrutinio de los libros de don Quijote. Su inclinación a su patria chica se muestra en la fidelidad por los libreros alcalaínos Blas y Francisco Robles, padre e hijo, además de su fidelidad ‘quijotesca’ al corrector a la llana Francisco Murcia, a quien hubo de llevar las galeradas de su ‘Ingenioso Hidalgo’ al Colegio de Teólogos de la Madre de Dios.

     Su querida hermana Andrea dejó dicho en el pleito de Valladolid que su hermano es hombre que escribe e que trata negocios e que por su habilidad tiene amigos. Estupenda síntesis para una vida, pero pareciera que sólo su habilidad era para con los amigos.

La Galatea, novela alcalaína
     La Galatea, primera novela de Cervantes, es su obra más alcalaína por dentro y por fuera. Por dentro, porque canta al Henares y cubre sus riberas y sotos de personajes complutenses de la época. Y por fuera, porque la portada ofrece el pleno alcalaíno de cuatro nombres propios de varón, cuatro alcalaínos en ese punto y hora de 1585: Miguel de Cervantes, autor, Blas de Robles, mercader de libros, alcalaínos de nacimiento ambos; el impresor Gracián, que imprime la novela en sus talleres de la calle de Libreros, y el aristócrata italiano Ascanio Colonna, futuro virrey de Aragón, presente en la Universidad de Alcalá el año de la publicación de la novela, a quien Cervantes se la dedica y conoce en su patria chica. Alcalá, encrucijada de nombres y de hombres que concurren en La Galatea, porque concurren en Alcalá. También el corrector de erratas, Várez de Castro, “corrector de su Majestad”.
     No fue esta primera novela de Cervantes una obra más de la imprenta de Alcalá, un encargo extraño y lejano, sino que en el libro coinciden cálidas proximidades. Hay una manifiesta complicidad en las descripciones de la “aldea de las riberas del Henares” que resulta ser Compluto, y en las pastoras complutenses Teolinda, su hermana Leonarda y Licea, tras de quienes se esconden alcalaínas de la época. Sabemos que Elicio es Cervantes, Tirsi, Figueroa, alcalaíno; Damón, Laínez, alcalaíno no nacido; Siralvo, Montalvo, alcarreño. Y de igual manera se refiere a Fili de Tirsi y a Amarili de Damón, como personas muy queridas en la aldea. Tras el bucólico lenguaje pastoril hay que percibir la realidad de la entonces villa. 
           
Sus barbas de plata
     Durante los diez últimos años de su vida, Miguel se une y reúne en la calle de León de Madrid con su mujer Catalina. Tiene a tiro de carro a su querida Alcalá para relamerse las penas del cuerpo y del alma con  los médicos y los frailes de su cuna. En Madrid tiene cerca a los Trinitarios, precisamente a ellos, a quienes frecuenta y es ejemplo en su Esclavonía.            
       La Venerable Orden Tercera de San Francisco de Madrid fue fundada en 1608, En esta orden seglar ingresan en una misma ceremonia, Catalina y Andrea, la mujer y la hermana de Cervantes. Fue el 8 de junio de 1609, según rezan sendas actas de ingreso. Magdalena, la otra hermana, está en aquellas fechas cumpliendo aún el año de noviciado previo. Miguel podría haber ingresado también en Madrid por aquellas fechas, pero no lo hace, tiene un compromiso inquebrantable y pospondrá su ingreso en la Orden Tercera, y no lo hará hasta cuatro años más tarde, pero en su querida y próxima Alcalá de Henares. Nunca sabremos el motivo principal de sus días en su patria chica, pero poseemos al menos una fecha segura. ¿Qué hacía Cervantes en Alcalá a finales de junio de 1613? Porque durante su estancia en Alcalá ingresa en la Venerable Orden Tercera de San Francisco el 2 de julio de 1613, según apunte existente en el libro de dicha Orden en Madrid (Fdez. de Navarrete, Vida, nota 341, pág. 579, cit. por Astrana, VII, 58)
      La profesión en la Orden no sucede hasta el 2 de su último abril de 1616, ya en cama. El día 23 iba amortajado con el hábito franciscano a cara descubierta. Era un sábado madrileño de salves y rogativas, de vísperas y primaveras.

José César Álvarez
Puerta de Madrid, 5.5.2012