miércoles, 2 de mayo de 2012

Cuando las cigüeñas huyen

     La familia de tres salió el domingo a desayunar. Luis, el padre, pidió largo de café con tostada. Luisito y Luisa, su madre, pidieron descafeinado de máquina, churros para el niño grande y croissant para la madre.

     –Lo que todavía no me has comentado –dijo Luisito dirigiéndose a su padre– es lo que te ha parecido la última maniobra antidemocrática del alcalde: ha comprado los dos concejales que le quitaron las urnas.

     –Pero ¿qué dices? –replicó el padre

     –Lo que oyes –apostilló Luisito.                                                               

     –Vamos a ver –explicaba el padre con paciencia–, es atribución del alcalde el nombramiento de los concejales que integran la Junta de Gobierno Local, Pero la Ley de Grandes Ciudades le permite nombrar a dos técnicos consejeros para la JGL, lo que el alcalde  ha usado por vez primera. Luego es algo totalmente legal, y si es legal es democrático.

     –Jobar, papá, replicó Luisito–, los de derechas siempre acabáis envolviéndoos en la bandera de la ley, pero la impresión que se da es otra.

     Luisa le dio a su marido su porción de mantequilla, y éste la extendió como yesero consumado, y Luisito, queriendo hacer rebrotar el fuego, dijo:

     –Si es que hace tiempo que no hablamos tú y yo de política…

     –Gracias a Dios –sentenció la madre.
   
      –Te quería preguntar a ti, papá, que eres un alcalaíno de pura cepa, ¿qué te pareció el gesto de Zapatero con el mejor político que ha tenido Alcalá?

     –¿Te refieres a Azaña?

     –¡Claro!

     –Políticamente no me considero paisano de Azaña.

     –No, eso no vale, papá, uno es paisano para lo bueno y para lo malo.

     –Estábamos hablando de democracia, ¿no? Pues  Azaña es la antidemocracia –dijo el padre–. Representa la II República, que se proclamó en contra de las urnas. “Sólo haremos la revolución cuando no nos voten” diría Largo Caballero. Y en el 34, cuando en las urnas ganó  la derecha, se sublevó Asturias y Barcelona, adonde precisamente el alcalaíno había hecho un viajecito más que sospechoso. Como la derecha no podía gobernar, aunque ganara, le dieron el gobierno a Alejandro Lerroux, cuyo partido había sido tercero, Y cuando este fracasa en el gobierno, Gil Robles, el de la derecha, levanta la mano diciendo: “Aquí estoy, por fin me toca”. Va entonces el presidente de la República y en un atropello sin precedentes, disuelve las Cortes y convoca elecciones. Así fue como en el 36 ganó como ganó el Frente Popular. Esa es la democracia a la que ha homenajeado Zapatero, de donde vendrá él, no lo dudo. Y para salvar lo insalvable, junta a Azaña con Suárez.

     –Papá, te juro que no reconozco la historia tal como tú la cuentas…

     –Me lo creo. Los consejeros de RTVE que se erigen en censores de la información son muchos y antiguos.

     Luisa, que miraba absorta las cúpulas de Santa María dijo:

     –¿No os habéis dado cuenta que se han marchado las cigüeñas? No ha quedado una en Alcalá. Yo me siento vacía ante su ausencia, me he acostumbrado a ellas. Han debido barruntar un invierno frío.

     –No –dijo el niño–, el invierno será caliente.

     –Estás hecho un largo caballerito –le dijo la madre.


José César Álvarez
Puerta de Madrid, 1.10.2011

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