miércoles, 2 de mayo de 2012

Cervantes hizo en Alcalá mucho más que nacer

Últimamente, en tres ocasiones distintas he oído decir con la mayor naturalidad que Cervantes nació en Alcalá y que a los cuatro o cinco años, según,  el escritor se marchó de Alcalá y se desentendió de ella para los restos. Esto no es cierto  y ha sido divulgado sin más por cervantistas foráneos a los que la alcalainidad de Cervantes les importa una higa. Pero nosotros no nos lo podemos permitir cuando hay pruebas que dicen todo lo contrario. En medio del fulgor del abril cervantino y de ese ‘tren de Cervantes’ que se ha renovado en la mañana de los sábados, una vez más, yo también, quiero recuperar puntualmente al Cervantes alcalaíno que no sólo nace.

Cervantes, vecino de Alcalá

     Además de la casa natal  de Cervantes hubo una casa de vecindad no identificada, que provenía de la parte de doña Leonor, la madre de Cervantes, cuya familia, los Cortinas, era una de las más pudientes del señorío de Alcalá, que, aunque con su hacienda en Arganda, tenían casa en Alcalá, a cuya jurisdicción pertenecía. Existe una docena de documentos  –cartas de pago, pedimentos, declaraciones– que genera el cautiverio de Argel y la Orden de la Sª Trinidad, que liberó a Cervantes de Argel, los cuales realumbran su nacimiento, filiación paterna y vecindad
    
     He aquí una carta de pago de Doña Leonor y Doña Andrea, reducida a los detalles que nos interesan, donde se da cuenta de la vecindad de los tres:

…en la dicha villa de Madrid, a treynta e un días del mes de julio del dicho año 1579, en presencia de mi…Dña Leonor de Cortinas,…y Dña Andrea de Ceruantes; vecinos de Alcalá, estantes en esta corte para ayuda del rescate de Myguel de Cervantes, vezino de la dicha villa, hijo y hermano de las susodichas, que está captiuo en Arger en poder del alimami, capitán de bajeles de la armada del Rey de Argel que de hedad de trynta e tres años, manco de la mano izquierda;…siendo testigos…, Fray Joan Gil (rubricado).— Fray Antón de la Bella (rubricado) .—  pasó ante mi, Pedro de Anaya y Zúñiga, escriuano (rubricado). (Arch. Hist. Nac. Libro de la Redempción de la O.S.T., año 1579, folio 17)

La casa materna de Alcalá   

      La vecindad expresada en la anterior carta de pago explica que, al ser liberado el  19-9-1580, la casa de su arribada, su faro doméstico después de sus doce años por su proceloso Mediterráneo, había de ser la “casa madre” de Alcalá.

    Esta casa ignota de Alcalá ya ejerció sus funciones de reunión familiar en las navidades del 64 y del 66, con motivo del ingreso de Luisa en el convento carmelita  y la defunción de la abuela Elvira, respectivamente. Quedó constancia documental del viaje desde Sevilla de su padre Rodrigo, quien viajaría aquí, claro está, con su hijo rubio y tartaja, como más tarde vendrían a la solemne toma de hábito de sor Luisa de Belén, que les retendría aquí más tiempo.
     Puede que la casa alcalaína que habita doña Leonor esté ahora en su intención de legalizarla en el poder que otorga a su marido ante el escribano Diego de Henao (diciembre, 1566) cuando reclama “las cosas que a mí me sean debidas e de derecho pertenezcan, ansí por herencia de mis señores padre e madre como de abuelos..." Dicha falta de actualización de su herencia, en la que doña Leonor figura como única heredera, pone en evidencia el alejamiento de doña Elvira, su madre, que no debió de estar de acuerdo con el casorio de su hija.

     Doña Leonor, asentada en Alcalá al lado de su hija monja, que fue nombrada dos veces abadesa, antes fue tornera y pudo susurrar de largo con ella. Esta indetectable casa hubo de ser una referencia para Miguel, incluso en sus momentos más distantes. En la ‘Ilustre fregona’ hay un personaje que en un viaje conjunto de Burgos a Sevilla se adelanta con la caballería “para pasarse por Alcalá de Henares, donde había de hacer un negocio que le importaba”. Lo cual podría ser un calco inconsciente de sus hábitos: visitar a su madre, a su hermana monja, a su prima Martina o a sus amigos alcalaínos.

     La ”casa madre” de Alcalá hubo de durarle a Miguel casi tanto como doña Leonor, su madre, quien fallece en Madrid el 19 de octubre de 1593. Apenas tres meses antes había tomado en alquiler una casa de dos pisos en la calle Leganitos, de alta renta y que paga con alegría. Se ha ido a vivir con su desgraciada hija Magdalena de Sotomayor, como ahora firma. Doña Leonor muere de repente. Cervantes debió recibir el correo por tierras onubenses, metido en las requisas de trigo.

Alcalá en su obra literaria

     No debió resultar gratuito aquel escandaloso pleito que el abuelo de Cervantes ganó a una de las más poderosas familias de España como eran los Mendoza de Guadalajara. Los Cervantes, por otra parte, fueron importunados demasiadas veces con expedientes de limpieza de sangre y hay quien piensa que el escritor hizo loposible para que no se le relacionara con los Cervantes de Alcalá. Aunque esto fuera así, como parece, no se puede en modo alguno neutralizar el subconsciente de un escritor en el ejercicio de su libérrima creatividad. En mi libro “La disputada cuna de Cervantes” presento 32 referencias a Alcalá o su entorno.

     No faltan, así, alusiones ponderativas, propias de la consideración y estima reservadas al lugar de nacimiento, tales como “el famoso Henares”, “la famosa Compluto” (La Galatea,1), “la gran Compluto” (Quijote, 1, 29)... Constato por tres veces la presencia del entrañable adjetivo posesivo "nuestro", adosado al Henares: "nuestro Henares", "la ribera de nuestro fresco Henares", "el soto de nuestro Henares", y también "las dehesas concejiles de nuestra aldea".

     Además de estas estimaciones adjetivas de su origen, cervantes demuestra poseer conocimientos de lugares geográficos menores y detalles del entorno y sus tradiciones, como "la gran cuesta del Zulema”, el camino natural desde Alcalá hacia la Arganda de sus abuelos; “el alameda del Concejo”, el "cortecido álamo blanco",  ancestral especie de las orillas del Henares; “la leyenda del moro Muzaraque en la gran cuesta Zulema” donde dicen que “yace encantado”; la mención trastocada a Diego de Alcalá (Q. 1,29); la cita sobre el número de ,estudiantes de Medicina en su famosa Universidad (‘El coloquio de los perros’), la exaltación de sus patronos Justo y Pastor (Los baños de Argel), el entremés sobre la elección de los alcaldes de Daganzo, villa próxima a Alcalá. Este entremés encierra una sátira feroz contra el poder de la Iglesia, cuyo caso no pudo ser conocido sino por la proximidad del vis a vis. Sabe que el Henares es afluente del Jarama, lo que, sin embargo, desconoce del Manzanares. Y cita las ‘Ninfas de Henares’ y las Súmulas de Villalpando, profesor de la Universidad.

Los amigos de Alcalá

     Por otra parte, los amigos de Alcalá le hacen de Alcalá, prueban el contacto con su patria chica. Los amigos de Alcalá lo encallejonan en Alcalá, allí los conoce. Entre los amigos citados en su obra, que llevan el hierro de Alcalá, están Laínez, Padilla, Gálvez de Montalvo, Figueroa, Valdivielso, Mateo Vázquez, López Maldonado, Vargas,  Juan Gracián..,

     A Galvez de Montalvo y a Padilla los salva en el “donoso” escrutinio de los libros de don Quijote. Su inclinación a su patria chica se muestra en la fidelidad por los libreros alcalaínos Blas y Francisco Robles, padre e hijo, además de su fidelidad ‘quijotesca’ al corrector a la llana Francisco Murcia, a quien hubo de llevar las galeradas de su ‘Ingenioso Hidalgo’ al Colegio de Teólogos de la Madre de Dios.

     Su querida hermana Andrea dejó dicho en el pleito de Valladolid que su hermano es hombre que escribe e que trata negocios e que por su habilidad tiene amigos. Estupenda síntesis para una vida, pero pareciera que sólo su habilidad era para con los amigos.

La Galatea, novela alcalaína
     La Galatea, primera novela de Cervantes, es su obra más alcalaína por dentro y por fuera. Por dentro, porque canta al Henares y cubre sus riberas y sotos de personajes complutenses de la época. Y por fuera, porque la portada ofrece el pleno alcalaíno de cuatro nombres propios de varón, cuatro alcalaínos en ese punto y hora de 1585: Miguel de Cervantes, autor, Blas de Robles, mercader de libros, alcalaínos de nacimiento ambos; el impresor Gracián, que imprime la novela en sus talleres de la calle de Libreros, y el aristócrata italiano Ascanio Colonna, futuro virrey de Aragón, presente en la Universidad de Alcalá el año de la publicación de la novela, a quien Cervantes se la dedica y conoce en su patria chica. Alcalá, encrucijada de nombres y de hombres que concurren en La Galatea, porque concurren en Alcalá. También el corrector de erratas, Várez de Castro, “corrector de su Majestad”.
     No fue esta primera novela de Cervantes una obra más de la imprenta de Alcalá, un encargo extraño y lejano, sino que en el libro coinciden cálidas proximidades. Hay una manifiesta complicidad en las descripciones de la “aldea de las riberas del Henares” que resulta ser Compluto, y en las pastoras complutenses Teolinda, su hermana Leonarda y Licea, tras de quienes se esconden alcalaínas de la época. Sabemos que Elicio es Cervantes, Tirsi, Figueroa, alcalaíno; Damón, Laínez, alcalaíno no nacido; Siralvo, Montalvo, alcarreño. Y de igual manera se refiere a Fili de Tirsi y a Amarili de Damón, como personas muy queridas en la aldea. Tras el bucólico lenguaje pastoril hay que percibir la realidad de la entonces villa. 
           
Sus barbas de plata
     Durante los diez últimos años de su vida, Miguel se une y reúne en la calle de León de Madrid con su mujer Catalina. Tiene a tiro de carro a su querida Alcalá para relamerse las penas del cuerpo y del alma con  los médicos y los frailes de su cuna. En Madrid tiene cerca a los Trinitarios, precisamente a ellos, a quienes frecuenta y es ejemplo en su Esclavonía.            
       La Venerable Orden Tercera de San Francisco de Madrid fue fundada en 1608, En esta orden seglar ingresan en una misma ceremonia, Catalina y Andrea, la mujer y la hermana de Cervantes. Fue el 8 de junio de 1609, según rezan sendas actas de ingreso. Magdalena, la otra hermana, está en aquellas fechas cumpliendo aún el año de noviciado previo. Miguel podría haber ingresado también en Madrid por aquellas fechas, pero no lo hace, tiene un compromiso inquebrantable y pospondrá su ingreso en la Orden Tercera, y no lo hará hasta cuatro años más tarde, pero en su querida y próxima Alcalá de Henares. Nunca sabremos el motivo principal de sus días en su patria chica, pero poseemos al menos una fecha segura. ¿Qué hacía Cervantes en Alcalá a finales de junio de 1613? Porque durante su estancia en Alcalá ingresa en la Venerable Orden Tercera de San Francisco el 2 de julio de 1613, según apunte existente en el libro de dicha Orden en Madrid (Fdez. de Navarrete, Vida, nota 341, pág. 579, cit. por Astrana, VII, 58)
      La profesión en la Orden no sucede hasta el 2 de su último abril de 1616, ya en cama. El día 23 iba amortajado con el hábito franciscano a cara descubierta. Era un sábado madrileño de salves y rogativas, de vísperas y primaveras.

José César Álvarez
Puerta de Madrid, 5.5.2012

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