martes, 1 de mayo de 2012

Cáritas asiste a 7.500 familias

     La crisis económica atenaza dramáticamente a los que menos tienen, pero la crisis  no llega a los valores humanos y espirituales, que se crecen, si cabe, con la crisis.  Esto es lo que pienso, ahora que estoy tomando café con  Fernando Martín Sabroso, un maestro jubilado que ha pasado  su vida en Valdilecha, actual Director de Cáritas Diocesana de Alcalá, y Luis Miguel Villegas, un mocetón capuchino, tocado del hábito de la más llana normalidad, párroco  de Virgen de Belén, en el “Lianchi”, me dice.
    
     Me interesa lo que hacen. Son gente que está al lado del que no tiene, del que sufre de carencias, son gente que brega sin ruido en la institución más antigua del mundo, crucificados a diario por voces sectarias de recién llegados, destinatarios del odio que se escapa sin disimulo por ciertas ventanas de TV y de cierta prensa. Hace poco, un sesudo analista de los males que aquejan al barrio citado, el popular “Lianchi”, metía en el mismo saco el reparto de metadona y la celebración de misas.Y estos hombres callan, callan ahora que les doy la oportunidad. Ellos no saben de nadie que les quiera mal.

      –Entre los proyectos que ahora tenemos en marcha –me ataja Fernando–, puedo citarte el de acogida y atención de inmigrantes, el programa Laguna de acogida nocturna a los sin techo, el de visitas y atención a reclusos, el programa gerontólogico de Brea de Tajo, por el que estamos dando de comer diariamente a  140 personas en un área de 14 pueblos. Estamos ahora desarrollando un trabajo con mujeres africanas de distintas procedencias, principalmente islamistas.

     –Y vosotros aprovecháis para convertirlas –dije yo,consciente del exceso.

     –Por favor –intervino Luis Miguel–,  la catequesis tiene otro lugar. Estamos en Cáritas, y aquí no se enseña el Padrenuestro, aquí se hace lo que dice el Padrenuestro, que es distinto. A estas mujeres se les da aquí clases de idioma y de integración, una orientación básica para saber buscar trabajo y relacionarse. Son captadas en los despachos parroquiales. La Diócesis tiene 93 parroquias, pero son 60 los despachos abiertos, en los que registramos, en nuestra área, una media de 150 consultas diarias. A estas mujeres se les da una ayuda condicionada, que quiere decir, “en principio yo te ayudo, pero a cambio déjate integrar”.

     –Llevamos también a cabo –retoma la palabra Fernando– cuatro programas  de concienciación  para jóvenes a través de los Institutos. Se trata de charlas sobre valores humanos  que despiertan gran interés entre los jóvenes. Muchos terminan colaborando con nosotros. Piensa que tenemos 250 voluntarios, yo mismo soy uno. Sin ellos no podríamos llevar a cabo  nuestra principal obra de atención alimenticia, por la que asistimos periódicamente con tres furgonetas a 7.500 familias necesitadas, y esa atención lleva consigo la recepción , clasificación y reparto de alimentos, el seguimiento social, tratando de evitar la “cronificación”, para así dar oportunidad a nuevas incorporaciones.

     –¿Por qué no seguís teniendo el comedor social?

     –Aquel comedor que, en efecto, nosotros teníamos –dice Luis Miguel–, era comida que nos servía la Brigada Paracaidista, que hacía comida en exceso para servirla nosotros. La Brigada se marchó y se acabó aquello. Hoy día nosotros carecemos de dinero para acometer  unas instalaciones como hoy se exigen. Nuestra Diócesis es muy pobre. Nosotros no podemos romper la cadena del frío. Si alguien nos lo subvencionara como me lo van a hacer a mí  con el “Centro de Atención Social San Diego de Alcalá”, sería fenomenal.

     –Director, ¿se nota la crisis?  ¿Cuáles son las fuentes de financiación?

     –En 2010 se ha duplicado la demanda. Para este ejercicio hemos gozado de un presupuesto de 913.000 Euros, habiendo obtenido 92.000 de las donaciones voluntarias, 889.000 del IRPF y el resto nos lo aporta la Conferencia Episcopal, que este año ya nos lo ha doblado. Te puedo asegurar que esto es la multiplicación de los panes y los peces. Quiero aprovechar la ocasión –dice Fernando– para dar las gracias a cuantas personas hacen posible esta gran obra, desde el Obispo y los Vicarios, pasando por los párrocos, los voluntarios, los donantes… una obra a la altura del deseo del Obispo en su toma de posesión : “Quiero que la Iglesia sea la posada de los pobres”.

     El día 28 de mayo, celebran la Jornada del Voluntariado de Cáritas. La institución es austera  con ellos mismos. Leo en el programa de actos que habrá de traer cada uno su comida para compartir. Eso sí, Cáritas les dará la bebida y el postre. Que aproveche.

                                                                                  José César Álvarez    
                                                                                  Puerta de Madrid, 28.5.2011
               

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