Cervantinas
Don Quijote y Cervantes.
Esquivias y Alcalá (1)
En este año en el que se conmemora el "cuarto centenario" de la publicación de
Uno de los principales escenarios de la vida de Cervantes fue sin duda Esquivias. En Esquivias apareció Cervantes un septiembre de 1584, tiempo de la vendimia, tras de los frutos granados de su amigo del alma y poeta maestro Pedro Lainez. Va buscando los manuscritos de su obra literaria. Su amigo poeta ha muerto hace seis meses y ha dejado su obra sin publicar. Cervantes ya tiene experiencia en las relaciones editoriales. Hace tres meses que ha cerrado un contrato con el alcalaíno Blas de Robles para la publicación de
Los personajes de
Si los oídos no me engañan, hermosas pastoras, yo creo que tenéis hoy en vuestras riberas a los dos nombrados y famosos pastores Tirsi y Damón, naturales de mi patria, a lo menos Tirsi, que en la famosa Compluto, villa fundada en las riberas de nuestro Henares, fue nacido. y Damón, Su íntimo y perfecto amigo, si no estoy mal informada, de las montañas de León tiene su origen, y en la nombrada Mantua Carpetanea (Madrid) fue criado ...
Así es cómo Cervantes tomó el camino de Esquivias en volandas de su amigo, tras de su uva madura. Se subió al correo de mulas que semanalmente unía Madrid con Toledo, se bajó en illescas y se echó una legua hacia el este. El destino le reservaba a Pedro Lainez, en agradecimiento, meter a Miguel en los olivos y viñedos de
Cervantes encuentra en Esquivias a Juana Gaitán, la bella morisca casada de nuevo con un mozalbete de 23 años. Y allí quiso el destino, o quién sabe si los finos hilos conductores de Pedro Lainez, que conociera a la que había de ser su mujer, Catalina de Salazar, no la madre, que también, porque vivía cerca de la casa de Juana y, como ella, había quedado hace poco viuda y habría relación con Catalina Palacios, la madre de
N
o sabemos nada más, ni si la novia era morena como las mujeres deLa Sagra o si era rubia como lo fue Galatea. Quizás no resultara un matrimonio feliz, dada la permanente itinerancia del hombre de negocios y el hombre de letras, pero sobrellevaron las adversidades y las alegrías del contrato matrimonial hasta la muerte de Miguel en la calle León de Madrid. Entonces, Catalina, viuda a los 51 años, vino a hacer con su marido lo mismo que Miguel vino a hacer a Esquivias con su amigo, llevarle a la imprenta, aunque Cervantes no lo consiguiera. Catalina, por su parte, muerto Miguel, le llevará a la imprenta nuevas ediciones de la segunda palie del Quijote y el Persiles y Sigismunda, mondo y lirondo.
o sabemos nada más, ni si la novia era morena como las mujeres de
El problema de no poder completar la biografía de Cervantes es la distancia. Sin embargo, de la época de Cervantes, 41 años menor, era don Tomás Tamayo de Vargas, uno de los grandes cronistas de la época, quien tenía familiares en Esquivias precisamente, y que, por oídas y por vistas, las dos cosas, le hizo natural de Esquivias, donde Cervantes vivió largo tiempo, iba y venía, allí recalaba. Lo cual no le fue ajeno al célebre cronicón y erudito, sin importarle más ceñirse a la semblanza de un escritor que no debía ser santo de su devoción. De Esquivias dice Tamayo que es Cervantes en su aparatosa obra manuscrita en tres volúmenes Junta de libros la mayor que jamás ha visto España (año 1624, Biblioteca Nacional).
Casa de doña Catalina de Salazar, esposa de Cervantes,en Esquivias.
Tamayo, testimonio apático y displicente del Príncipe de los Ingenios, de quien dice que es ingenio lego, representa la indolencia de la cultura oficial del momento por entender la obra cervantina. Ese hombre que va y viene en mula, con negocios revueltos de trigos y de letras, de costales y de libros, está creando los fundamentos de la novela moderna. Menos mal que el cronicón alaba su invención en otra de sus obras, Garci Laso de
Nosotros, hoy, don Tomás Tamayo, porque seguimos considerando importante el lugar de nacimiento en la recuperación del perfil humano de nuestro Príncipe de las Letras, y un poco por su culpa, hemos tenido que andar retrospectivamente los siglos que nos separan para esclarecer el lugar del nacimiento cierto del hombre de Esquivias que no fue de Esquivias.
José César Álvarez
Puerta de Madrid, 25.6.2005
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