miércoles, 25 de abril de 2012

“Primero está madre”

Un día tuve que ir a visitar a Jorge a su casa del pueblo. Jorge vivía con su madre, a la que machacaba siempre. Jorge era un tiarrón un tanto psicótico que para llamar la atención se metía en la cama. La hermana acudió a la casa para atenderle, y descubrió a la madre en su habitación con los ojos cerrados, más allá que otra cosa, reconsumida y rota. La hija, antes que hermana, iba y venía por el pasillo de la casa afanándose por la madre desvanecida, y, ante los quejidos  desatendidos del psicótico, la hermana le contestó así: “Primero está madre”.

Cuando abro últimamente este semanario y percibo el incremento de los temas nacionales sobre los locales, en hora en que la nación está tocada, cuando descubro su natural desasosiego, me acuerdo de la voz de la hermana de Jorge: “Primero está madre”. A uno parece que le quitan el oxígeno por arriba y que queda insensible para lo más inmediato. La desgana y el desánimo pueden manifestarse ante el lejano cartel de una Semana Santa que viene, anunciada en la FITUR que se va, en el apático estudio del avance del PGOU, en los doce hectómetros cúbicos que nos guitan del Sorbe, que es la MAS, o en las joyas bibliográficas que nos han regalado en el Museo Arqueológico, que es el MAR. El mar, la mar, el más o lo más, que más da. La desgana, sin embargo, no se ha sentado a la mesa de la Semana Gastronómica, cuyo saque y descorche pudieran obedecer, entre otras cosas, al subconsciente afán por superar y olvidar las amarguras políticas que a nivel nacional nos abruman.

No, no exageramos. El mundo se nos aparece del revés. Aquí se favorece a los asesinos Parot y  Paquito, y se condena al fiscal Fungairiño martillo de etarras, el incansable Ironside contra el terrorismo. Otegui y sus matones comparecen a empujones en la Audiencia. Y la cierva más hermosa del monte, de nombre Endesa, ha recibido la primera dentellada, valiéndose de las malas artes del montero Montilla y de la dama de la Energía doña Maite Costa, a pesar de las recomendaciones en contra del organismo que vela por la conservación de la especie. El botín salmantino de la nocturnidad se exhibe a la luz del día como trofeo nacional. Mientras, la Lengua Española sufre en la propia España, surrealista e increíblemente, el acoso más vergonzante frente a la cínica negativa de sus autores nacionalistas y el consentimiento atónito de los gobiernos de turno.

España es un largo pasillo al que dan diecisiete habitaciones. Los gritos y lamentos siempre salen de las mismas estancias. Así no se puede vivir, así no se puede descansar. El médico titular, Sr. Rodríguez, se ha metido en las habitaciones ruidosas y no sale de ellas, cautivado por el psicotismo nacionalista. Promete abrir una puerta trasera, dos puertas, pues, para entrar y salitr por donde quieran. Cuando acabe la obra, exigirán la misma reforma las otras dependencias del corredor. La teoría del “café para todos” llegará a ser una huída sin retorno. La historia común, la lengua común, el territorio común, la organización común –que eso es la Nación –, son piedras fundamentales que se están removiendo en la obra. La casa-madre, la Hispania secular, amenaza con venirse abajo. No pueden hacerse reformas estructurales sin que afecten a la casa común. Aquí sólo queda echarse al pasillo largo y acallar el quejido largo de los psicóticos. 

En el pasillo de la calle hierve la actividad:  mesas que recogen firmas, aclamación de las gentes al fiscal fulminado, carrera de los fiscales tras el fiscal fulminador, amenazas de huelgas de hambre por el español en España, por el futuro de la lengua de sus hijos, voces de la oposición prometiendo deshacer mañana el monopolio energético, alarma generalizada por unos fiscales que no fiscalizan... Ya está bien. Todos los problemas de esta bendita casa de largo corredor proceden siempre de dos salas. Ya está bien de acudir a sus exigencias. “Primero está madre”.

                                                 José César Álvarez
                                                    Puerta de Madrid, 11.2.2006


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