OJO de buey

A Fernando

García Pelayo

No te llegaron mis versos

ay, Fernando, tómalos,

me picaste a que escribiera,

me has picado con tu adiós.

Te has dejado las palabras

metidas en almidón,

las lavabas, las volvías

y las tendías al sol,

las embalaste en la tinta

de la PUERTA que te abrió,

que abrió el gracejo profundo

de tu gaditana voz.

Promontorio entre dos mares,

entre vientos de un ciclón

de lenguas y de caminos

se modeló tu expresión:

portaba brumas lejanas

tu alma de traductor.

Luminosa tu palabra,

contrastes de sombra y sol,

vientos del norte y del sur

te soplan en conjunción,

te soplaron de tal modo

que te doblaron los dos.

Te marchaste sin mis versos,

ay, Fernando, tómalos.

                                                                                              José César Álvarez

                                                                                  Puerta de Madrid, 26.3.2011