lunes, 23 de abril de 2012

Salpicón de notas con nata
La niña bonita
La Universidad es la niña bonita de este pueblo. Cuando llegó su retorno, tras la secular espera, este pueblo le entregó las niñas de sus ojos, los edificios más señeros de su histórico ca­sería, que la Universidad, por su parte, supo restituir primorosamente. En tiem­pos más recientes, llegó un día el ministro del Ejército José Bono y le entregó a la Universidad los cuarteles que no habían sido universi­dad. Y para rematarlo, llegó el otro día Esperanza Agui­rre y junto al alcalde le pu­sieron la guinda de la obra de los cuarteles, insuf1ando a la Universidad la quintae­sencia de otro Oxford. El rector supo exquisitamente agradecer tan abrumadores gestos. Pero al rector se le supone que habrá de des­plegar una tácita faena, la de hacer que la niña bonita lo sea universalmente.
Obras importantes tiene en marcha Alcalá, que van a cambiar sustancialmente su fisonomía. El noble pavi­mento de granito avanza por las calles céntricas de Alca­lá, Y ahora parece que va a llegar al Paseo de la Esta­ción y a la calle San Bernar­do. Y yo me pregunto, ¿cuándo va a llegar el grani­to a la Plaza de los Santos Niños? Por cierto, aprove­chando que estamos en ese lugar, un nuevo visitante de la ciudad, de reconocido buen criterio, me criticó el monumento de "la piruleta", cuya modernidad -me dijo- resultaba estridente para con su entorno. No le convencieron las explicacio­nes mías sobre el simbolis­mo de la bisagra que une los dos mundos. "Muy bien, pero no es su lugar" me dijo tajante. Quizás nuestros ojos ya habituados no al­cancen toda la agresividad que lleva. Y ello no es nuevo, no acaba de gustar por su emplazamiento. Y ¿qué tal, digo yo, si sustituyéramos la piruleta por Isabel la Católi­ca en la plaza más católica, ella' que anda perdida por los jardines de la plaza de Palacio? Ella es la que real­mente allí falta, ya que lo que el monumento conme­mora es la primera entrevis­ta de la reina Isabel con Colón. y ¿que tal quedaría la piruleta, ella sola, en la ro­tonda de la Vía Compluten­se que emboca al Paseo de la Estación, allí donde no agarraron las palmeras? ¿Eh? ¿Qué tal?
La lengua de la plaza y la plaza de la lengua
La nueva plaza pendiente de urbanizar, que cae enci­ma del nuevo aparcamiento de la Vía Complutense, a es­paldas del Instituto Cervan­tes, debiera llevar el nombre de "Plaza de la Lengua" y es­tar presidida por una esta­tua de Antonio de Nebrija, en cuyas manos figurara su Gramática Castellana. Ne­bríja murió en Alcalá y fue el gran fichaje humanista que Cisneros incorporó a su Universidad, arrebatándose­lo a Salamanca. La plaza tendrá acceso dicen a la ca­11e que lleva su nombre. Si en la casa contigua de Atila­no Casado u Hospital de San Lucas no se supo hacer en su día un Museo de la Lengua como se anunció, bien se podrá hacer, sin em­bargo, una plaza de la Len­gua, que la lengua se hace en la plaza y ése es su mu­seo natural. Alcalá pertene­ce además al "Camino de la Lengua". Un camino que nace en San Millán de la Co­golla, en un arranque casi balbuciente, y que termina aquí en el esplendor del Si­glo de Oro.
Un pueblo
que empieza por BU
La calle Brihuega sigue ejerciendo de improvisada estación de autobuses. En el carril de cercanías un auto­bús azul tiene inclinada la tablilla, por la que solamen­te sabemos que su lugar de destino empieza por BU. Al­guien pregunta y los viaje­ros que esperan sobre la mí­nima y peligrosa mediana repasan mentalmente los lugares de cercanías: Meco, Camarma, Daganzo, To­rres... y ninguno empieza por BU. Alguien levanta la tablilla ante el interés susci­tado. Se trata de Bucarest. En Alcalá de Henares, los autobuses que van a Buca­rest salen del andén de cer­canías.


José César Álvarez
Puerta de Madrid, 3.3.2007



No hay comentarios:

Publicar un comentario