Cervantinas
El nombre de Alcalá en el Quijote
Citamos hoy y glosamos tres menciones de Alcalá en la primera parte del Quijote, aunque una de ellas, la primera, resulte hipotética.
"Estando un día en el Alcaná de Toledo llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedera; y como yo soy aficionado a leer: .. · (1, IX)
El relato de Cervantes en el que expone el suceso de cómo encontró La historia de Don Quijote, que dice extraer del arábigo aljamiado y que le permite continuar su historia, según nos cuenta, guarda asombrosas similitudes con lo descrito en el libro titulado Contradiction ... contra la falsa Trinidad, original autógrafo de un morisco español expulso convertido a la secta. de Mahoma, de nombre Juan Pérez, natural de Toledo, y que se refugió en Túnez adoptando el nombre de lbrahim Taibilí, Este impío escritor narra, sin embargo, una conversación ocurrida en una librería de Alcalá de Henares a finales de Agosto de 1604 en torno a la historia de don Quijote, lo que ratifica que el Quijote venía circulando unos alías antes de su impresión como novela corta. Por otra parte, "Alcaná" es voz hebrea que significa feria, mercado, y a finales de Agosto tiene lugar en Alcalá de Henares la feria grande de San Bartolomé, por lo que alguien (José García Saldaña en "Documentos Olvidados ") ha querido ver siginificaciones en la proximidad fonética de Alcaná y Alcalá. Hemos de considerar que el supuesto topónimo determinativo "de Toledo", pospuesto al equívoco "Alcalá" que se trasluce, gozaría de todas las bendiciones históricas, ya que durante ocho siglos Alcalá aparece ligada a Toledo como señorío prelaticio. Decir "Alcalá de Toledo" es evidencia de la época, y decir "Alcaná de Toledo", como se dice en el Quijote, el mercado que rodea la catedral, pudiera pretender un equívoco insinuante muy del gusto cervantino. En la pág. 528 del tomo V de la "heroica" obra cervantina de Astrana Marín se dicen los pormenores del relato, así como el descubrimiento del mismo entre los manuscritos de
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"-No hay duda en eso -respondió Sancho-; que yo he visto a muchos tomar el apellido y alcurnia del lugar donde nacieron, llamándose Pedro de Alcalá, Juan de Úbeda y Diego de Valladolid ... " (1, XXIX)
Para el P. Martín Sarmiento la aparición de Alcalá en el primer término de la serie le resulta especialmente revelador. Los personajes aludidos, tal cual, no existen en la realidad, porque asistimos, en mi modesta opinión, a un trueque nominal y en serie de personajes populares en aquella época, cuya traslación y disloque de nombres y apellidos resultara cómica, a la vez que sirviera de ejemplo. Se trataría en realidad de Diego de Alcalá, Pedro de Ubeda y Juan de Valladolid. Particularmente famosos eran San Diego de Alcalá, el fraile franciscano y milagrero, y Juan de Valladolid, peculiar poeta, juglar y astrólogo, ambos del siglo XV y magnificados en la distancia del siguiente siglo. El efecto del trueque corrido es como si hoy dijéramos tres nombres trabucados de esta guisa: José Luis González, Felipe Aznar y Jose María Zapatero.
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"Y aún haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso, o sobre la yegua o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace enterrado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto." (1, XXIX)
La cuesta del Zulema es el camino natural para ir desde Alcalá a Arganda, a 24 km., lugar donde nació la madre de Cervantes, doña Leonor. Era, pues, el camino de la casa y de la viña de su abuela Elvira, tortuosa cuesta que bien conocía Cervantes, así como su leyenda del moro.
Puerta de Madrid, 11.6.2005
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